31 diciembre 2009

NOCHES DEL 2009

Reconozco que soy bastante antirritualista y me niego a pensar que ésta sea una noche muy distinta al resto.
Este año que dejamos atrás ha habido muchas noches, seguro que mil veces más destacables que la de hoy, o la de cualquier otro día de desmadre nocturno (aunque esta noche vaya a casa de Carlos y no tendré muchos borrachos alrededor, por suerte).
Me quedo con noches como la de ayer viendo El Laberinto del Fauno y haciéndonos cosquillas para no dormirnos.
La noche del 29 durmiendo en casa de Miguel por un acto impulsivo de los que me caracterizan, despertando a Beky y con una foto de Franco.
Otra noche en casa de mi prima viendo películas de nuevo con ella y con Marta y jugando a la Wii.
La primera noche en la que dormí con Miguel (y con Vir y con Orco y con...) pero que me hizo ver que, como digo desde que lo escribí, "todo el mundo es más joven cuando duerme".
Las noches de Agosto con Helen comiendo helados y hablando de este largo verano.
O con Merche llegando al XXL y hablando de la existencia del amor.
Otra noche con Cris en su casa por una llamada inesperada a las doce de la noche y con una cara de agradecimiento al llegar a mi destino.
La noche en la que Vane y Cris se vinieron a mi casa y estuvimos hablando hasta que amaneció.
Todas las noches del campamento con Aitor y con Adri, con los que me reí, lloré, dormí, cotilleé, canté,...
Otras noches en vela por mis paranoias, porque debía estudiar o porque, simplemente, me apetecía escuchar música y no conciliaba el sueño.
La noche de la graduación, la del fin de la selectividad, la de las confirmaciones, la del cumple de Marta,... acabando en casa de mi abuela, como casi todas las noches de fiesta.
Y esta noche es la que marca el principio de un año y el final de otro. No me parece que sea más importante que otras noches; de hecho, estoy convencido de que ha habido otras muchas noches para mí que han marcado el principio de algo y el final de otro algo; con mucha más importancia.
Esta noche quizá sea especial para otros; para mí, la mayor razón por la que es especial es porque tenemos luna llena.

28 diciembre 2009

SOY FELIZ PORQUE VOSOTROS SOIS FELICES

Me gusta ver cómo quien me rodea encuentra el camino hacia la felicidad.
Ahora que siento que yo estoy en ese camino, es muy gratificante ver cómo los demás también lo encuentran por diversas razones.
Hoy me he enterado de que Adri tiene a alguien a quien querer. Y me alegro muchísimo.
Y es indescriptible lo que se siente cuando te dicen: "Jose, es que tu cara cambia cuando hablas de Miguel. Incluso en tu blog has dejado de escribir cosas apocalípticas y ahora hay textos un poco más felices."
Parece que todo se pone en su sitio y quienes me rodean empiezan a encontrar un lugar donde se sienten cómodos y en el que creen que no desentonan.
Siento que, poco a poco, las sombras del pasado se quedan atrás para dejar espacio a un poco de luz que veo en el presente.
Y no quiero pensar en el futuro.
Ya afrontaré lo que tenga que afrontar.
Soy feliz porque vosotros lo sois, porque vosotros os preocupais por mi felicidad.
Hoy por hoy, estoy cómodo y soy feliz.
Mañana ya veremos.

27 diciembre 2009

ATREVERSE A HACER LO QUE PIENSAS QUE QUIERES

No me atrevo a hacer lo que pienso que quiero.
Pienso lo que quiero hacer.
Pienso lo que hago.
Quiero pensar en lo que otros piensan.
Hago pensar a los otros que me atrevo a hacer.
Quiero pensar que me atrevo.
Me atrevo a pensar que hago lo que quiero.
Hago lo que pienso que quieren que haga.
Quiero hacer sin pensar.
Pienso lo que hago pero no hago lo que pienso.
No me atrevo a querer.

No me atrevo.
No hago.
No quiero.
Pienso.

Sólo pienso. Quiero dejar de pensar.
Quiero actuar.
Y también quiero que los demás actuen por mí.
Quiero demasiadas cosas. Por lo menos, intentaré empezar por lo que me corresponde a mí. Que los demás hagan lo que les dé la gana. Al fin y al cabo, siempre acaban haciéndolo...

25 diciembre 2009

INDE-PENDIENTE

Entre los diversos temas de conversación que suelo tener, últimamente hay uno que se repite sin importar lugar o persona con la que estuviese hablando.
Este tema estrella es lo que necesitan dos personas (amigos, pareja o lo que sea ya que es una relación y se precisa de lo mismo) para sentirse cómodas.
Tras varias perspectivas y la mía propia, he llegado a la conclusión de que lo que se necesita para que una relación de cualquier índole funcione, por lo menos conmigo, es ser inde-pendiente.
Esto consiste en tener una independencia, tener tu propia vida, pero no por ello dejar de preocuparte por quien tienes al lado y procurar prestar un mínimo de atención a esta persona.
El grado de atención ya va en función de lo que tú consideres que te importa la persona en cuestión, lo que necesite esa persona de ti según el momento y las fuerzas o ganas que tengas tú de luchar por ella.
Todo esto hace que gane importancia la gente que más pendiente está de ti. Sin agobios, un toque o un mensaje no le agobia a nadie. Demostrar que, de alguna manera, te importa ese amigo/novio/madre/...
Obviamente, esto es imposible y nunca se puede abarcar tanto como para que todos los que te rodean estén contentos con el grado de atención que les prestas pero debemos intentarlo.
Debo intentarlo.
Yo sé que me cuesta sacar tiempo, que hago muchas cosas y que parece que siempre tengo una excusa preparada para no poder quedar. Que soy el "señor Cita Previa" como me llaman algunos. Y quizá debiese priorizar más a las personas y quedarme con esas tres o cuatro que más lo merezcan.
Pero no soy capaz. Y tampoco me parece justo. No soy yo quien debe elegir sino pienso que las circunstancias y el tiempo va uniendo o separando según las ganas que se tenga de mantener la amistad.
Quizá esté suspenso con algunas personas en la asignatura de "atención al amigo".
Por eso, mi propósito para el año que viene, aunque sepa que no lo voy a conseguir porque es un apogeo, es procurar que, al menos quien más me importe, no sufra si es que está en mi mano conseguirlo. Seguir buscando la felicidad de quien me rodea sin agobiarme por todo lo que tenga que hacer o todas las personas que tenga que ver.
Sólo deseo que, los que sabéis que me importáis, podáis ser felices.
Si vosotros sois felices, yo podré ser feliz.
Dicen que eso es imposible pero yo prefiero pensar que sólo es improbable.

22 diciembre 2009

LA MAGIA INTERNA DE GODSPELL

Ya no es sólo por lo que hacemos sentir a los que se sientan en el patio de butacas, sino también por lo que sientes tú.
Hoy me he dado cuenta de que siempre hay gente que intenta sacar un hueco en su agenda para dedicarlo a ti.
Me hace feliz ver que Dani, Bea, Marta, Luisa e Irene vinieron desde Madrid hasta Guadalajara, aun con el temporal y lo que eso implica, sólo para vernos actuar. Y a la vuelta, completamente extenuado de hacer musicales dos días seguidos, no pude parar de sonreír al ver que les había gustado, al ver que les había emocionado.
Me emociona recibir mensajes de Paula y de Roo antes de empezar la representación deseándonos ánimo y mucha mierda.
Me alucina que Luz me mande un mensaje pidiéndome disculpas por no haber podido ir, aunque no tuviese obligación ninguna.
Me gusta escuchar el tono de mi móvil cuando me llaman mi tía y Paola para, de nuevo, pedir perdón por no ir, totalmente comprensible debido a la nieve y para nada irrefutable, y procurando dejar bien claro que nos iba a salir genial.
Me flipa sentir a Aitor, Anita, Alma, Vane, Miriam, Nuria,...Ver como, entre todos, somos capaces de llenar tanto escenarios pequeñísimos completamente llenos como teatros abismales prácticamente vacíos.
Y, después, al llegar a casa, con un ojo cerrado y el otro sin poder abrir, ver en el ordenador palabras con todo el cariño de Miguel, canciones dedicadas por Óscar, más disculpas de Javi, más ánimos de Paula (de nuevo), una petición de hora y fecha para quedar de Adri, un evento en el que piden una reposición de la obra,...
Hay tanta gente a mi alrededor, y no suelo ser consciente de ello, y no todos estarán en un futuro, y...
Pero éste es mi presente. Todos vosotros, de alguna forma, me aportáis algo, queréis que os acompañe ahora de alguna manera. No puedo negar que soy muy afortunado al teneros conmigo...

20 diciembre 2009

ELLOS NO SON TAN DIFERENTES

Cuando estás encima de un escenario, con sesenta niños con la mirada puesta en ti y una sonrisa porque te están mirando; no puedes evitar el seguir actuando para que la sonrisa no se les borre nunca.
Cuando estás maquillando a una niña y, tras eso, sin conocerte de nada, te abraza; no puedes evitar el responder a su abrazo.
Cuando todos los niños quieren estar cerca de ti porque creen que eres un importante actor; no puedes evitar el actuar como si de verdad lo fueses.
Cuando le pones una nariz de payaso a uno de esos niños y te miran; no puedes evitar el reconocer que esos ojos, aunque diferentes, son sinceros.
Cuando todo parece que va mal, cuando el escenario es tan pequeño en el que ni siquiera cabemos todos los actores, cuando se funden los plomos y hay que llamar al técnico para que lo arreglen, cuando se está a punto de anular la obra porque la gente no puede asistir, cuando estás poniendo en peligro tu vida al subir al escenario y casi darte con el techo, cuando tienes la sensación de que nada puede salir como habías previsto, cuando piensas que la Fundación de Síndrome de Down va a tener que esperar a otro día para ver a Teatrosa en escena...
Cuando estás actuando, todo eso se olvida.

18 diciembre 2009

CARCELEROS ESCOGIDOS

Y, de pronto, el timbre sonó.
- ¿Estás ahí? - escuché-. ¡Es la hora!
- Ya voy- contesté automáticamente.
- Ya es tarde. Debes abrir la puerta.
Estaba harto.
Pensé en agarrar y destrozarlo por completo.
Con un poco de suerte podría, de un solo golpe, terminar con el incesante martirio.
Sería maravilloso. No más controles. No más urgencias. ¡No más cárcel!
Tarde o temprano todos se enterarían de lo que hice.
Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme.
Y después, quizá otro.
Y otro.
Y muchos otros ganarían coraje.
Una reacción en cadena que permitiría terminar para siempre con la opresión.
Deshacernos definitivamente de ellos. Deshacernos por completo y en cualquier sentido de ellos, en todas sus formas.
Pronto me di cuenta de que mi sueño es imposible.
Nuestra esclavitud parece ser, a la par, nuestra única posibilidad para establecer nuestra vida.
Nosotros hemos creado a nuestros carceleros y, ahora, sin ellos, no existiríamos, la sociedad no existiría.
Es necesario que lo admita...¡ya no sabríamos vivir sin el tiempo!

17 diciembre 2009

CUÁNTAS COSAS PERDEMOS POR MIEDO A PERDER


No supe actuar en el momento oportuno y ahora ya no tiene remedio.
Duele ver cómo desapareces de la vida de otra persona. Aunque sea por ver que las entradas en las que hablaba de ti en el blog ya no están, aunque pase por su nombre en mi lista de teléfonos y me den ganas de darle al botón verde que está justo a la izquierda del que estoy pulsando sabiendo que no me atreveré, aunque la vea conectada y no consiga hablarla porque sé que significaría más dolor. Para los dos.
Porque me mata saber que a ella también la duele. Porque me mata saber que no volveré a verla. Porque sigo pensando en ella.
Sé que no la voy a olvidar. Y me jode. Y me seguirá jodiendo.
Pero, como sé que ya no hay solución por mucho que la busque(mos), quiero zanjar el tema (aunque sé también que no conseguiré zanjarlo hasta que tenga la conciencia tranquila y, para eso, falta mucho tiempo). Quiero seguir con mi vida sin sentirme un gilipollas por haber actuado así. Yo tuve mis fallos. Ella tuvo sus fallos. Todos los tenemos.
Ahora sólo quiero que seas feliz con Juanan. Porque te lo mereces.
Y yo quiero ser feliz. Sin ella, pero con toda la gente maravillosa que me rodea. Porque, aunque no lo merezca, quiero creer que sobra un poco de felicidad para mí...

16 diciembre 2009

PAULA

Hoy tengo que escribir para ti.
Porque este mes me estás aguantando con todas sus consecuencias. Porque no sólo sé que me quieres, sino que me haces sentir querido. Porque tengo la seguridad de que, cada mañana, me vas a recibir con un abrazo. Porque me sonríes cuando te miro de reojo en la biblioteca. Porque me animas cuando suspiro por el cansancio de estudiar en estos días de exámenes. Porque todos y cada uno de los días desde que te conozco has estado pendiente de mí. Incluso los días que no tenemos clase, me mandas un mensaje al móvil o vía tuenti o como sea. Me da igual la forma, lo que importa es el contenido. Porque eres la persona más atenta y agradecida que he conocido. Porque me das fuerza para seguir teniendo ganas de conocer a gente nueva. Porque me sorprendes. Porque haces que me sienta muy querido. Porque me haces feliz. Porque me apetece estar contigo sin peros. Porque...
Gracias por haber entrado en mi vida, Paula. Porque sí. Porque te quiero.

15 diciembre 2009

NUBE GRIS

Una nube sobrevuela el jardín y continúa un camino marcado por sus deseos.
Se acerca a otras nubes buscando sentirse integrada pero la rechazan.
Porque son blancas, como algodón.
Y ella es gris. Una gran nube gris. Imposible que pase desapercibida pero marginada.
Se aleja de ellas, triste.
Hace fuerza de la tristeza y se vuelve cada vez más grande, más impresionante. Observa desde las alturas la crueldad del resto de nubes. Todas iguales. Todas blancas. Todas perfectas. Todas con compañía.
Ella querría que se fijasen en ella y la viesen como es. Una gran nube gris en búsqueda de compañía.
Sigue sola. Busca en diferentes países, entre distintas nubes.
Sigue sola.
La gran nube gris sigue sola.
Se va lejos, a una isla perdida, deshabitada, desconocida.
Y comienza a llorar. En la isla comienza a llover.
La nube se hace cada vez más pequeña. Descargar agua para descargar penas.
Sigue sola. La isla recibe su lluvia con deseo. Ninguna nube había ido hasta allí y dejado sus lágrimas.
La no tan gran nube gris sigue sola. Y continúa haciéndose más pequeña.
El agua sigue cayendo, sigue siendo absorbida por la tierra, sigue decorando el envés de las hojas con pequeñas gotas que se empeñan en retar a la gravedad.
La pequeña nube gris sigue sola. Y continúa disminuyendo su tamaño.
Ya no puede parar de llorar. Son demasiadas cosas por las que debe luchar. Sola. Únicamente la isla es testigo de su pena.
La inexistente nube gris sigue sola. Y ha desaparecido. Sólo quedan las gotas que dio por esa pequeña isla. Han calado en su tierra.
Porque era la única que estuvo acompañándola en sus penas. Porque era la única que mereció recibir sus lágrimas en su hombro. Porque ella había estado en los malos momentos. Porque la isla había estado con la nube cuando lo había necesitado. Porque la nube se había sentido valorada por la isla.
Porque las dos necesitaban a alguien que las quisiera y las hiciera sentirse queridas.

DÍAS GRISES

Aun con días odiosos en los que no deberías haberte levantado de la cama, aunque pagues tus enfados con quien menos lo merezca, incluso si estás enfadado hasta con el cartero; siempre hay alguien ahí intentando sacarte una sonrisa.
Hoy me he dado cuenta de que hay gente en la facultad que se preocupa por mí, aunque sea mínimamente.
Ahora más tranquilo, puedo ver quien ha procurado saber lo que me pasaba, porqué he estado actuando así durante la mañana, porqué sólo cabía el enfado.
Alba está todos los días y hoy no iba a ser menos.
Paula siempre tiene un abrazo de sobra para mí.
Luz culpabilizándose de algo que no tiene la culpa.
Sonia con dos besos inesperados y una despedida simple pero cariñosa.
Bea con su alegría y su sonrisa, con nuestros gustos similares.
Dani saliendo de esa introversión y dando vueltas por glorietas para hacerme(nos) reír.
Marta contando chistes sin gracia y una risa con gracia.
Luisa proponiendo planes para no aburrirnos.
Y, finalmente, Roo empezando a confiar en mí y comenzando a coger cariño.
Los días grises se pueden aclarar. Pero sólo se vuelven menos grises con ayuda de los demás. Hoy sólo puedo dar las gracias por soportar mi humor, por aguantarme aunque estuviese insoportable, por intentar hacerme sonreír incluso viendo que era difícil. Gracias por abrazarme. Gracias.

14 diciembre 2009

UNA OVEJA DIFERENTE


"He traído una oveja diferente para la persona diferente que hay en mi vida. Porque me haces feliz y has apostado por mí. Te quiero. Alba."

He abierto la taquilla esta mañana y me he encontrado con eso. Esa nota pegada con un imán de "oveja diferente" traída de Irlanda.

Recuerdo la belleza de aquel lugar no tan lejano. Las casas de colores de Dublín, la historia del Clonmacnois, el encanto de Galway, los árboles de Connemara, la grandeza de los acantilados de Moher, el castillo de Bunratty, la abadía de Adare, las canciones en gaélico de Tralee, el sentimiento de conexión con la península de Dingle, el cansancio en las cascadas de Torc, la niebla que impidió la visión del anillo de Kerry, el aire de The Red Fox Inn,...

Alba me ha traído una pequeña ovejita y, con ella, un montón de recuerdos.

Recuerdos de paseos con mi tía. Sus conversaciones y su comprensión.

Me propuse un reto allí. Hace dos años de eso y aún continúo con el mismo reto que me propuse entonces.

Nadie dijo que sería fácil pero he vuelto a recordar ese reto. Y que todavía no lo he superado y debo seguir luchando por conseguirlo.

13 diciembre 2009

GODSPELL

Estoy preparado encima del módulo aunque el telón no se haya abierto todavía.
Veo a Aitor entre las cortinas. Pero no es él quien está en la tarima, es otro. Ahora es Juan, ha dejado de ser él para meterse en la piel de un personaje; su personaje.
Yo, sigo siendo yo. Hasta que se abra el telón.
Siguen hablando. Comienza la canción. Ya falta poco. "Y escuchad la palabra..." Llega el momento. Vamos. Tranquilo, Jose.
Pero ya no soy Jose. Ahora soy el Maestro. Ahora tengo que dejar de ser yo. Ponerme una máscara y un disfraz pero encima de un escenario, donde todo el mundo lo ve normal, donde nadie te juzga actues como actues.
Comienzan las canciones. Una a una, van pasando las hojas en mi cabeza y ya hemos llegado al final.
Después de haberme tropezado con los cubos en los bailes, después de haberme tragado a Anita durante un oscuro, después de haber improvisado la mitad de mis frases,...
Ha llegado el momento del apagón final. La última vez que se apagan las luces antes de que podamos salir a saludar. Y yo estoy atado a una red en el fondo del escenario y "muerto".
Comienza a sonar "Beautiful city" y salimos a saludar.
El estreno no podía haber sido de otra manera. No podía haber salido mejor. No ha habido un fallo, sino cien. Pero he sentido que las sonrisas de la gente que estaba en el patio de butacas eran arrancadas por nosotros. Por nuestra ilusión, nuestras frases preparadas.
Personas como tú y como yo, pero que están en la Fundación Instituto San José por una enfermedad mental que les marcará de por vida. Nuestro estreno fue en un hospital psiquiatrico. Pero no se me ocurre mejor lugar para hacerlo.
Somos los culpables de que esos hombres y mujeres hayan sonreido por una vez viendo un musical. Quizá, para algunos, fuese el primero. Y, para otros, el último.
Y el grupo Teatrosa ha sido el afortunado de ser quien haya compartido con ellos esas sonrisas.
Y yo tengo la suerte y el orgullo de decir que pertenezco a ese grupo. Y siento que no es el equivocado, como me ha pasado otras veces. Por una vez, estoy en el lugar adecuado, en el momento adecuado, con la gente adecuada, haciendo lo adecuado.
Y es que, "ya ves, todo acaba bien"...

10 diciembre 2009

A QUIEN ME QUIERE...

Cierro los ojos
y vuelo...
Aparezco donde tú estás.
Te veo.
No tengo miedo.
Me acerco.
Te recorro con mi mirada.
Más cerca.
Te rozo.
Siento tu piel.
Un escalofrío.
Te huelo.
Sonrío.
Mis brazos te rodean buscando tu abrazo.
Mi cabeza busca acomodarse en tu hombro.
Y tú ni te das cuenta.
O quizá sí.
Quizás en este momento estás pensando en mí sin saber por qué.
Quizás en este momento esté a tu lado aunque no seas consciente.
Gracias por quererme.
Gracias por pensar en mí.
Gracias por dedicarme un segundo de tu vida.

09 diciembre 2009

HOY ES UNO DE ESOS TANTOS DÍAS


Hoy es uno de esos tantos días en los que me siento pequeño.
Un niño al que le llevan de la mano para cruzar la calle cuando el semáforo cambia a verde. Pero sin mano.
Un niño con miedo a la oscuridad al que le dejan una luz encendida para eliminar las sombras que le asustan. Pero sin luz.
Un niño que tiene que alzar la mirada para poder ver a quien le rodea. Pero sin nadie alrededor.
Un niño que se cae en el parque ante la mirada atónita y culpable de una madre irresponsable. Pero sin lágrimas.

Hoy es uno de esos tantos días en los que me siento pequeño. En los que siento que todo aquello que haga es inútil porque es insuficiente. Siempre quiero hacer más. Siempre debo hacer más. Y, normalmente, quiero hacer aquello que no puedo o que no debo. Por mi familia o por mi sentimiento de culpabilidad futuro, pero no debo hacerlo.
Cada vez me siento más incapaz de hacer cosas, con menos fuerzas para afrontar las dificultades, con menos energía para controlar mis impulsos.
Hoy me mueve el estrés, el ansia de querer y no poder, el desánimo, la sinergia,…
Quiero volver a decidir por mí. Dejar de tener responsabilidades, bien elegidas o bien impuestas, para encontrar un espacio para mí. O, por lo menos, para lo que quiero hacer.
El único momento que me guardo para mí es éste. En el que me siento frente al ordenador para escribir. Escribir durante diez minutos o dos horas. Pero ya en la noche, cuando el día ha terminado y debería estar en la cama.
No quiero un ordenador. Hoy quiero una persona de carne y hueso con la que poder hablar, a la que poder abrazar, a la que poder sentir, a la que pueda mirar a los ojos, a la que pueda besar, alguien que pueda contestarme y no sólo reflejar teclas en una pantalla.
¿Pido mucho si pido mi vida como yo la quiero?

08 diciembre 2009

AUNQUE NO SEPA DEMOSTRÁRTELO

Cada vez me cuesta más ocultarte mis sentimientos. Sólo me pasa contigo.
Tu mirada se introduce en mí y me sorprendo desviándola. Siento que entras en mí y me veo indefenso. Sólo me pasa con tus ojos.
Cada vez soy más consciente de que vas calando poco a poco en mí. Y también de que quiero que entres, aunque me joda.
Sé que soy complicado. Sé que cuesta adentrarse en la oscuridad de mi alma. Pero tú te has empeñado en hacerlo, quiera yo o no. Y me alegro por ello.
Sabes que no te voy a pedir ayuda. Sabes que no voy a decirte lo que me pasa por voluntad propia. Sabes que me gusta pensar demasiado. Incluso sabes más de lo que yo creo que sabes de mí.

Pero, aún así, has decidido que quieres tenerme a tu lado. Que quieres que forme parte de tu vida.
No te lo voy a negar porque, actualmente, no hay cosa que más desee. Quiero que estés a mi lado. Aunque no sepa demostrártelo. Aunque no me haya atrevido a reconocerlo. Aunque conlleve mil miedos y ochenta mil pensamientos. No quiero que te vayas. Quiero que sigas estando aquí.

Cuando estemos tristes, cuando seamos alegres, cuando sienta que mi vida es una mierda, cuando sientas que tu vida no merece la pena, cuando seas la persona más feliz del mundo, cuando yo lo sea, cuando enfermemos, cuando...
Quiero que estés a mi lado durante todo el tiempo que sea posible.

07 diciembre 2009

EVERYBODY HURTS

When the day is long and the night, the night is yours alone.
When you're sure you've had enough of this life, well hang on.
Don't let yourself go, everybody cries and everybody hurts sometimes.
Sometimes everything is wrong, now it's time to sing along.
When your day is night alone (hold on, hold on)
If you feel like letting go (hold on)
When you think you've had too much of this life, well hang on.
Everybody hurts, take comfort in your friends.
Everybody hurts.
Don't throw your hand, oh no, don't throw your hand when you feel like you're alone, no, no, no, you are not alone.
If you're on your own in this life, the days and nights are long.
When you think you've had too much, of this life, to hang on.
Well everybody hurts, sometimes Everybody cries, everybody hurts, sometimes.
But everybody hurts sometimes so hold on, hold on, hold on...
Hold on, hold on, hold on, hold on, hold on...
Everybody hurts.
You are not alone.

Palabras que me han dicho mucho últimamente. Pero, esta vez, con música.
Estoy descubriendo que, cada vez más a menudo, las canciones que escucho coinciden con mi estado de ánimo. Esta canción de REM no es una excepción. ¿Cuántos años tendrá? ¿Cuántas veces la habré escuchado? ¿Por qué he decidido escucharla hoy de nuevo tras tanto tiempo sin hacerlo?
Hay magia en la música. Hay magia en el mundo que me rodea. Y todo lo que pueda añadir a esta letra no significaría nada.
'Cause everybody hurts sometimes. Take comfort in your friends. Hold on. You are not alone...

06 diciembre 2009

LUZ ENTRE OSCURIDAD Y HOJAS CAÍDAS

Cabizbajo, camino poniéndoles nombres a las estrellas. Busco constelaciones y me invento otras. Oigo a los búhos ulular. Pie tras pie, avanzo por la ribera. Puedo ver el rielar, mágico y distinto según el día. Huelo el verdor de la hierba, el dulzor de algunos arbustos de tomillo que hay a mi alrededor. Saboreo el frío del aire y me escama la piel esa fresca sensación del viento acunándome. Siento, al cerrar los ojos y omitir el resto de sentidos, cómo la naturaleza me acoge en su seno y me siento en el río con la corriente salpicando mis tobillos.
Sólo el agua y los árboles me acompañan. Nadie más está conmigo. Pero no me entristezco por ello.
Decido tumbarme en las piedras y consigo amoldar mi cuerpo a su forma. La espalda se convierte en un desierto de dunas. Me permito olvidarme de este mundo esquelético de oscuridad y hojas caídas.
Siento que hay tiempo, aquí donde no parece pasar.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro, el cual mantiene los ojos cerrados, cuando la brisa se transforma en vendaval por unos segundos.
Acerco una mano a la orilla y mis dedos se entremezclan con el agua que fluye sin miedo, que crea y da vida, que alivia…O ahoga.
Abro los ojos y pienso que hay mayor claridad que cuando los cerré. Miro en rededor y todo parece más iluminado. Al fin, me levanto lentamente, apoyando ambas manos sobre el terreno, y oteo entre los árboles de la orilla de enfrente. Presiento que hay algo allí. La claridad aumenta y me parece ver un foco de luz allá donde he fijado la vista. Cada vez se acerca más y me obligo a apartar mi mirada. Su fulgor me ciega y la adivino aún apretando las pestañas.
“No quiero salir de mi penumbra. Aquí nadie me hace daño. Estoy cómodo sin nadie a mi lado, nadie que pueda volver a herirme. Decidí que nadie volvería a entrar, que no volvería a caer, que no querría tanto a nadie como para que las lágrimas atacasen de nuevo, más amargas que la última vez. ¡Déjame con mi dolor a solas! Quiero continuar con mi soledad. Ella no me daña, no me abandona, no exige, no condiciona, no coacciona…”
-Pero ella no puede quererte. Déjate querer.
Y, antes de abrir los ojos, sabía que eras tú. Tú eres esa luz que quiere acompañarme, espantar mis miedos, romper con mis dudas, exiliar para siempre a la soledad a la que tanto me he aferrado…
Y sabía que, después, tendría que llorar.
Pero, por primera vez en mi vida, sería de alegría.

03 diciembre 2009

SINSENTIDO

Mariposas que sobrevuelan mi cabeza se transforman en nubes de tormenta que llevan a parajes lejanos el agua que crea y da vida.
Luces de neón iluminan calles obscuras para que lágrimas derramadas resplandezcan bajo su fulgor intentando consolar la causa de su llegada.
Hombres y mujeres se esconden en callejones que huelen a lujuria escapando de fantasmas que les persiguen, acosan y aprietan.
Miradas que consiguen convertir bocas ajenas en sonrisas imborrables.
Libros atestados de frases incoherentes para personas con mentes científicas que no se atreven a descifrar metáforas que crean alegorías sobre temas no-científicos.
Huellas de elefantes que ridiculizan nuestras pequeñas pisadas aunque las consideremos avances indescriptibles por pura soberbia.
Alma. Corazón. Risa. Imaginación. Hadas. Luna. Electricidad. Amor…

02 diciembre 2009

¿QUIÉN DIJO MIEDO?

"Hace mucho tiempo, demasiado quizás, que he estado sumido en una oscuridad que no creía finita... Hace mucho tiempo que me he considerado un ser infeliz, la sombra de lo que era, un parásito que necesita mendigar atención. No obstante, poco a poco, he ido saliendo del pozo y he comprendido, gracias a vosotros, que eran vanas ilusiones las que me hacían sentir así y que ... al fin y al cabo, lo tengo todo para ser de las personas más felices sobre este mundo.(...)Gracias Jose porque desde hace un mes me has hecho sentir la persona más especial y querida sobre la faz de esta tierra (...)"

¿Quién dijo miedo? ¿Quién dijo que había dudas? ¿Quién dijo que sería fácil? ¿Quién dijo que nos gustaría todo del otro? ¿Quién dijo que íbamos demasiado rápido? ¿Quién dijo que estábamos confiando sin conocer? ¿Quién dijo que no nos fiásemos de nuestra intuición?


Te tengo a ti. Desde el primer momento, sentí que ibas a ser tú quien sientiese lo mismo que yo podía sentir. No sé porqué tuve esa certeza, pero me fié de mi intuición. Y, por lo que parece, no nos salió mal. Sé, de primera mano, que tú también te fiaste de tu intuición (está ahí...pues es mono...éste sí) y me alegro por ello.


"(...)y porque, a pesar de que suene precipitado, sé que estarás ahí durante mucho, mucho tiempo.(...)"

30 noviembre 2009

RECUERDOS DE BACHIMALA

El eco de mi voz se pierde en el horizonte. Grito desde el Bachimala, a 3.177 metros sobre el nivel del mar. El cinturón pirenaico que separa Francia de España tiene otros picos de mayor altitud, pero no se divisan desde aquí. Me olvido de ellos y, hasta donde alcanza mi visión, estoy en la montaña más alta. Otras personas contemplan conmigo este orgasmo visual.
En Madrid, los edificios te ocultan el horizonte para que no seas capaz de mirar más allá, para que te olvides de que hay otras cosas tras las cuatro paredes que te rodean día a día. Aquí es distinto. Aquí no tienes barreras de hormigón. Desde aquí, se pierde la mirada y te embriaga una sensación de insignificancia y poder. Mires donde mires, no hay límite; tus pies son el único obstáculo. Desearía volar, poder abrir mis alas e ir mucho más lejos, allí donde nadie ha llegado nunca. Ya he hecho parte del camino y no ha sido fácil. Por muchas piedras que te hagan caer, siempre hay una mano que te ayuda a levantarte. Pero ahora querría seguir el rumbo de las nubes y acompañarlas donde quiera que vayan. Poder convertirme en un halcón y divisar desde arriba cómo la gente hace su vida. Poder ser ajeno a ella. Poder vivir la mía como quiera y donde quiera. Seguir respirando este aire extraoxigenado con el que cuesta respirar. Volver algún día a subir esta montaña como ya hice una vez…

Mi mente me devuelve a la realidad.
Y Madrid me recibe con el sonido de los coches y de los semáforos que controlan su tránsito.
Y Bachimala vuelve a ser una de las fotos que acumulo en mi ordenador. Ese pico que una vez subí, aunque otros se quedaron en la subida, a su pesar. Ese pico que una vez subí, acompañado de unos cuantos que hacían fuerza de la sed, del calor y del cansancio. Ese pico que una vez subí, con la ayuda de muchos y ayudando a unos pocos. Ese pico que una vez subí, sacando agua del poco hielo glacial que quedaba. Ese pico que una vez subí, cantando y hablando con muchos. Ese pico que una vez subí contigo, Aitor, pisando donde tú pisabas, siguiendo el ritmo que tú ponías, con nuestras conversaciones en clave y los gritos de ánimo para los que iban detrás. Ese pico que tardamos tres días en subir pero que, una vez en la cima, recordamos porqué merecía la pena llegar. Ese pico que, espero, volveremos a subir juntos algún día.

29 noviembre 2009

DETALLES


"Jose, gracias por lo de hoy, no sé cómo lo haces pero sabes como está la gente sin tener que preguntárselo ;) Eres genial" Elena

"Te echo mucho de menos. No puedo sacarte de mi vida porque eres el único que me conoces" Merche

"Hola pequeño, me acuerdo de ti... Espero que te lo pases bien esta noche y te relajes de la semana. Te quiero" Alba

"Que sepas que estoy siempre para lo que quieras, lo que necesites, a cualquier hora." Paula

"Ais pequeño! Anoche me lo pasé genial, muchísimas gracias por todo! Te quiero" Marta

"A pesar de que la luna no brille mañana, dará igual sólo verte reir es lo que me hace feliz...Gracias por estar conmigo. Todo lo que crees que soy, en parte, es por ti. Be happy. Te quiero. Buen día" Aitor

"(...)Quiero que formes parte de mi alma.(...)Deseo estar contigo, reir contigo, llorar contigo, pasar mi vida contigo(...)" Miguel

Llevo toda la semana quejándome. En cambio, a lo largo de la semana, y entre otros cuantos, he recibido estos mensajes. ¿Acaso puedo quejarme? Está claro que no. Esta semana ha sido difícil, sí. Pero no me he parado a ver a todos los que se preocupan por mí. Y no sólo ellos. Eso sólo son gestos. Pequeños detalles.

He cambiado en muchas cosas pero sigo siendo alguien a quien le llena más un detalle que el regalo más caro del mundo.

Gracias por ser tan detallistas conmigo. Me encanta.

26 noviembre 2009

TODO VA(YA) BIEN

But today is not my day.
Miércoles, jueves. Días difíciles de seguir, difíciles de aceptar.
Continúan los agobios. Pero eso es lo de menos.
Se acumulan más. Todo exige más: la carrera, mi madre, mis hermanos, los musicales. Y no hay tiempo para nada.
Si sólo fuese tiempo, iría bien. Pero también se acaban mis ganas, se acaban mis fuerzas.
Hoy se me ha apagado la sonrisa. Hoy he notado como la gente me miraba más que de costumbre. Comentarios como “no pareces tú” o “estás raro” han estado a la orden del día. Pocos han sabido leer que, debajo de esa máscara, se escondían las últimas hojas rojizas que intentaban aguantar unidas al árbol. El hastío ha podido con ellas. Han caído.
Hoy me he cansado de luchar. He pensado que no merece la pena intentar arrancar una sonrisa a los demás. Me he dejado llevar por mi apatía y me he metido en una estructura de agobio-acción sin dejar lugar a los demás.
He recibido abrazos de Paula, Alba, Silvia, Ana,… pero ni eso me ha hecho volver a la normalidad.
He de reconocer que han tenido grandes detalles conmigo. Paula me ha buscado más de una vez sólo para decirme que quería darme un beso y un abrazo y luego irse. Alba ha estado tan ocupada como yo pero, entre clases, trabajos y experimentos, buscaba un momento para preguntarme cómo estaba. Silvia ha venido antes de Psicología del Desarrollo para coger un lápiz de mi estuche, un trozo de papel y escribirme que “todo va bien”; me ha dicho: “tu bolsillo” y me ha metido el papel.
Pero lo he perdido.
No sé si es una señal. Una coincidencia estúpida. Un aviso.
Pero hoy siento que esa frase no es cierta. Que nada va bien. O, por lo menos, nada va como debería. O como querría que fuese.
Espero que “todo va(ya) bien”.

25 noviembre 2009

DÍA INTENSO


Hoy ha sido un día intenso. No ha habido prácticamente ni un solo momento en el que no haya hecho nada. Y nunca me cunde tanto como quisiera. Me organizo de una determinada manera y pienso las cosas que debo hacer. En cuanto surge un imprevisto; caos.
Hoy he descubierto que soy poco flexible. No debería agobiarme tanto por los trabajos (que tengo que entregarlos todos antes del 9 de diciembre y no son pocos), por los musicales (que son dos, y uno de ellos lo estrenamos el día 12), los exámenes (que, para mí y los de mi clase, empiezan el día 18). Y sé que hay gente de mi clase que no ha empezado a hacer nada (lo cual me sorprende). Y sé que no debería agobiarme tanto porque no me lleva a ningún sitio.
Intento transmitir tranquilidad porque sé que es útil a la hora de estructurarse pero, aunque consiga calmar en cierto grado a los demás, yo sigo con mi estrés. No quiero convertirme en alguien que va corriendo por la calle sin mirar la cara del que va a su lado. No quiero ser uno más del montón. Pero siento que, en estos días, quiero abarcar más de lo que puedo.
Vuelvo de nuevo a la mierda del “no tengo tiempo” y querer hacerlo todo.
Hoy tenía planeada la tarde al milímetro. Pues me he encontrado con que he debido aplazar la mitad de las cosas porque he tenido que hacer una rápida selección entre mis prioridades y decidir al respecto. He estado hasta las ocho aguantando a mi hermana, la cual lleva una semana un tanto insoportable porque, entre médicos, abogados y reuniones con profesores, no ha visto a sus padres. Hoy casi consigue que pierda la paciencia (no lo ha logrado, sigo estando orgulloso de mi gran control de la agresividad) pero he estado al límite. Entre tanto, gente que llama al teléfono y me bombardea a mensajes, tanto por móvil como por Internet, buscando un consejo o unas palabras de ánimo.
No me molesta ni estar con mi hermana, ni ayudar a quien me lo pide, pero, a día de hoy, estoy agobiado. Y siento que no me va a dar tiempo a hacer ni la mitad de lo que debería.
No sé. En realidad, es triste que me queje por cosas tan banales habiendo gente con problemas mucho mayores pero necesito un espacio para mí, un hueco en el que sólo mande yo. Y ese sitio, en muchas ocasiones de lunes a jueves, es el blog.
Que luego, a lo mejor, nadie lo lee. Pero eso es lo que menos me importa. Hay ocasiones que lo uso para agradecerle algo a alguien, para hacer disertaciones filosóficas, para dedicar canciones, para reflexionar sobre situaciones,…y para desahogarme.
Hoy toca desahogarse. Espero que no se convierta en costumbre y pueda escribir otras cosas en estos días que, intuyo, serán igual o más intensos que lo que ha sido el día de hoy.

24 noviembre 2009

NO PUEDO PENSAR EN NADA MÁS QUE EN TI

Nada.
No puedo.
Pensar.
No puedo más.
Más.
No pensar.
No pensar en ti.
Puedo.
No más.
Más en ti.
No puedo nada.
En ti.
Nada más.
No puedo pensar.
No puedo pensar en nada.
No puedo pensar en nada más.
No puedo pensar en nada más que en ti.

23 noviembre 2009

MARTA


Es reconfortante descubrir que estoy empezando a redescubrir.
Antes del verano, en el instituto, estaba con alguien que no valoraba suficiente, con quien hablaba sin llegar más allá de las barreras que suelo poner, sin llegar al corazón. De todas maneras, antes del verano, pocas personas habían traspasado esa barrera. Y, pensando en como soy ahora y en lo que, poco a poco, voy aceptando y voy enseñando de mí mismo, puedo decir que, antes del verano, nadie había llegado a atravesar esa barrera.
Estoy redescubriendo una Marta que me encanta. Una Marta que no es tan fría como creía, que quiere sentir, que quiere luchar por encontrar su sitio en el mundo. Es ahora, cuando nos hemos separado y cada uno estudia su carrera, cuando estoy afianzando una relación que ya era cercana. Y, después de este fin de semana, más aún. Ella no se da cuenta de lo que hace, no lo valora, piensa que todo el mundo haría lo mismo…pero no es así. Piensa que no tengo nada que agradecerla. Ella es Marta. Una de las pocas personas que ahora he permitido que traspasen esa dichosa barrera.
Eres una de las pocas personas con las que me atrevo a hablar de lo que sea. Nos compenetramos sin problemas. Podemos estar riéndonos de cualquier estupidez, hablando de temas medianamente serios, de sentimientos, hacer debates de arte, contarnos anécdotas o, lo más difícil, estar en silencio sin sentirnos incómodos. Siento que puedo hacer contigo cualquier cosa. Que puedo ser yo sin tener que ponerme máscaras o disfraces. Que eres aún más impresionante de lo que pensaba. Y que es una suerte poder contar contigo.
Me resulta chocante que nos conozcamos desde los tres años (bueno, tú tenías dos…) y que este siendo ahora cuando empiezo a ser consciente de quien eres, de lo que estás intentando llegar a ser y, estoy seguro, conseguirás.
Espero que sigas durante mucho tiempo en mi vida.
De verdad, puedo decir que “te quiero” sin las dudas que suelen acompañar a esas palabras.
Te quiero.

21 noviembre 2009

EXIGIR

Hoy sólo quiero escribir una conclusión a la que hoy he llegado a través de varias conversaciones y algún mensaje.
Exijo demasiado a la gente. No puedo exigir que me quieran, no puedo exigir que estén constantemente pendiente de mí. No tengo ningún derecho a hacerlo.
Estar solo en el mundo es algo que no quiero reconocer pero que, a la vez, cada día descubro que es más cierto. Helen tenía razón

20 noviembre 2009

NECESITO DESAHOGARME

Escribo esto a las dos de la mañana, con sueño y tras un viernes muy agridulce.
Siento que cada vez me cuesta más ser yo el que lleve la iniciativa. Suelo ser el único gilipollas que trata de buscar un hueco para quedar con la gente y que, luego, nadie se esfuerce por sacar ese mismo hueco. No me apetece seguir luchando por los demás, aunque también sé que mañana me levantaré y querré ver a todo el mundo. Porque soy así, me gusta ver a la gente. Pero, en muchas ocasiones, y en estas últimas semanas mucho más, siento que soy yo quien se esfuerza y que el resto ni siquiera se da cuenta de eso. Salvando a unos pocos que sí intentan encontrar ese hueco, el resto siempre tiene muchas cosas que hacer, mucha gente que ver o una familia que cuidar.
Que nadie se lo tome como un ataque. No lo digo por nadie en especial. Es, simplemente, una sensación de dejadez, de que la gente pasa sin importarle las consecuencias. Y de que, volviendo un poco a lo que decía ayer, nunca se agradecen los esfuerzos de los demás.
Ahora me siento solo, me siento abandonado, me siento mal. Pero sé que mañana me levantaré y todo esto se habrá olvidado. Porque no sé guardar rencor (afortunadamente) y porque sé que estoy haciendo un mundo de una chorrada.
Pero bueno, sólo necesito desahogarme...

19 noviembre 2009

GRACIAS


Creo que nunca agradezco lo suficiente a los que me rodean que sigan ahí. Porque no tenéis porqué hacerlo, porqué seguir a mi lado. Aconsejáis en los peores momentos y reís conmigo en los mejores. Siendo siempre un apoyo, nunca una carga. Y aún con el hecho accidental de que no podamos vernos en algún tiempo, siempre habrá un momento en el que pueda disfrutar de nuevo de vuestra sonrisa. Conseguís hablarme sin palabras, sólo con una mirada. Me sacáis una sonrisa cuando veo en el móvil un mensaje con vuestro nombre. Hay gente más o menos importante, con quien se pasa más o menos tiempo, con más o menos vivencias compartidas, con más o menos obstáculos superados,… pero nadie tiene la obligación de mantener el contacto. Es una decisión propia.
Y me parece increíble que haya tanta gente a mi alrededor. Aunque os vea una vez al año o, incluso una vez, cada cinco. Con saber que, si os llamo, no os molesto, me sobra. Saber que estaréis disponibles, que os preocupa lo que me pasa,… Eso es para mí un auténtico paraíso.
Siempre habrá quien destaque más o menos y con quien me apetezca estar más o menos, pero cualquier muestra de amor, por pequeña que sea, debe ser aceptada y agradecida. Muchas veces, no nos damos cuenta (o, al menos, yo no me doy cuenta) de pequeños detalles que las personas hacen por mí, de esas pequeñas sorpresas que me hacen sonreír, que me hacen ser como soy. Un beso, un abrazo o una simple mirada pueden mover mundos.
Seamos más detallistas. No cuesta nada ir con una sonrisa en la cara, intentando que los que nos rodean sean un poco más felices. Porque yo os quiero, y lo único que os deseo es que podáis ser felices. Y, si yo puedo aportar algo a vuestra felicidad, lo intentaré en la medida de lo posible. Con o sin tiempo, casi siempre ando pensando en los que me rodean, cada minuto en una persona, con un grado de intensidad distinto, pero recordando a los que se preocupan por mí.
No sé. Reconozco que soy muy afortunado y puedo decir que hay mucha gente que se preocupa por mi bienestar, por mi felicidad.
Y, por fin, después de tanto tiempo con los ojos vendados, me he dado cuenta. Gracias a todos y cada uno de los que me rodean, de los que me dedican un pensamiento en su vida, sólo un segundo ya es digno de agradecer.
Gracias.

18 noviembre 2009

UNA NOCHE

“Tengo que irme a casa”, pensaba. Allí estábamos, en casa de Marta, tirados por el sofá, o en una silla, o de pie esperando a que decidiésemos hacer algo. Decidimos que debíamos dormir. “¿Y dónde voy a dormir?”
- Miguel y tú dormís en el sofá, ¿vale? Sé que vais a estar un poco apretados pero es lo que hay- dijo Marta con una sonrisita y encogiéndose de hombros- No os importa, ¿no?
“Al contrario. Me apetece muchísimo”. Unos cuantos minutos más y todos estuvimos ubicados en nuestro sitio. Marta y Garrido en su habitación, Vir en uno de los sofás del comedor, y Miguel y yo en el otro sofá. Después de quitarme las lentillas, ir al baño, dar vueltas por el pasillo para demorar el momento,… volví a entrar en el comedor. Él se tumbó e intentó echarse lo más al fondo posible del sofá y, después, extendiendo los brazos, me invitó a ponerme a su lado. Le miré y acepté su invitación sin palabras. Me eché en el borde y le abracé para no caerme. Tenía medio cuerpo fuera pero él me agarraba, estaba seguro de que no me iba a caer sólo por sentir sus brazos en mi espalda. “Y ahora, ¿qué?”
- Joder, Orco, eres un pesado.
La voz de Virginia se oyó en cualquier habitación. Orco, el gato de Marta, estaba tumbado encima de ella, intentando recibir cariño. Obviamente, no lo obtuvo.
Mientras estábamos tumbados y sin que nadie lo esperase, oímos los gritos de Marta y de su madre, discutiendo porque su casa no era un motel. “No debería haberme quedado”. Me levanté y volví a ponerme los pantalones. Tampoco sabía porqué, ya que no iba a ningún sitio. Simplemente, me los puse. “Tranquilízate”
-Tranquilízate- oí como Miguel me decía.
“¿Cómo puede saber lo que pienso en cada momento?”
-La madre de Marta nunca ha sido así. Una vez, vinimos de un concierto y…- Virginia y sus anécdotas.
No podía escucharla. Estaba nervioso porque no sentía que ése fuera mi lugar. Yo debería estar durmiendo en casa de mi abuela, y no allí. “¿Qué hago?”
- Vuelve a tumbarte.
Sentí como él me miraba incluso en la oscuridad. Volví a tumbarme a su lado mientras Vir seguía con su historia.
Estuvimos un rato hablando los tres, se me cerraban los ojos.
Unos cuantos minutos más, y nos callamos. Ya eran las cinco de la mañana. Entonces le miré y pude ver cómo me sonreía. Le besé y le abracé más fuerte, y esta vez no era para no caerme. Me sentía protegido, querido, aceptado,... Me sentí especial. “No le merezco”
Dormimos unas horas. A las ocho ya estaba despierto. Me levanté intentando no despertarle, sin éxito. Medioabrió los ojos y volvió a cerrarlos. Fui a ver si alguien estaba despierto. Nadie. “¿Cómo puede ser tan increíble?” Volví al salón y me senté en una silla desde la que podía ver a Miguel dormir. “Todo el mundo es más joven cuando duerme” Orco intentó subirse a la mesa pero se cayó haciendo un ruido que hizo que Miguel abriese los ojos de nuevo. Me acerqué al sofá y me acomodé en el suelo con un par de cojines apoyando la cabeza en un pequeño hueco que había en el sofá. “Esto quiero que sea lo que vea cada mañana al despertarme” Empecé a tocarle el brazo para que volviera a dormirse pero, de nuevo, el gato pasó por encima de él y abrió los ojos. Se quedó mirándome y yo volví a abrazarme a él, volví a tumbarme a su lado. “Te quiero, pero no me atrevo a decírtelo” Le besé. Él respondió al beso. Suavemente, con cariño, como en un sueño.
“¿Realmente estoy despierto?”
-Coño, Orco, quita. Es que eres pesadísimo- de nuevo, Orco luchaba por un espacio del sofá que Virginia le había usurpado.
Ya los tres despiertos, comenzamos de nuevo a hablar. “Tengo que irme antes de las once” Hablamos un rato más, lo colocamos todo como buenamente pudimos y avisamos a Marta y a Garrido de que nos íbamos.
Salimos y nos dirigimos al metro. “¡Qué noche! No te merezco. Eres increíble. Me das todo lo que nadie me ha dado. Me encantan tus pequeños detalles. Es que eres genial. Mierda, creo que me estoy enamorando.” El metro llegó y me puse a leer Frankenstein para no tener que pensar más.

16 noviembre 2009

ES IRREMEDIABLE

Y, aunque ahora sea feliz (porque reconozco que soy feliz, aunque me cueste), sigo dándole vueltas al mismo tema. Y llevo tiempo con eso en la cabeza pero todo lo que ha estado pasando (que no ha sido poco) me ha quitado tiempo para pensar en ello. Eso puede ser bueno o malo pero no me voy a meter en eso. Ahora voy a pensar en el Tema.
Las he perdido. Ahora sí que sí. Ya soy consciente de que no hay vuelta atrás y de que las he perdido. Y sé que no hay solución. Y, para ser completamente sinceros, si la hubiera, no sé siquiera si probaría a intentarla, porque no me atrevería. Yo sigo leyendo sus blogs, sigo intentando saber cómo les va la vida (en la que ahora no tengo cabida), sigo esperando que me manden un mensaje en el que digan “quiero hablar contigo” (aunque sólo sea para intentar entenderlo (aunque también pienso que entenderlo no cambiaría las cosas)) o un mensaje en el que digan “vete de una puta vez a la mierda y déjame seguir con mi vida” (para lo cual, seguiría haciendo como hasta ahora, intentar saber de ellas a través de su blog y de terceras personas).
Me cuesta reconocer que la gente se va, y que cuando se van, es para no volver. Pero como dice Lilo (puede quedar estúpido por mi parte que hable aquí de una película de Disney): “Pero si te quieres ir, puedes hacerlo. Aunque no te olvidaré. Yo me acuerdo de todos los que se van”. No creo que pueda expresar mejor que ella lo que pienso en este momento. No quiero que la gente desaparezca de mi vida. Pero, por lo que parece, es irremediable.

15 noviembre 2009

LA PERFECTA IMPERFECCIÓN

Este fin de semana ha sido perfectamente imperfecto. No ha salido absolutamente nada como lo había planeado pero, al final, todo ha salido jodidamente bien. Ha habido tiempo para todo. He tenido un par de conversaciones que iba posponiendo; he visto que Aitor, por fin, está más relajado, cosa que necesitaba; me he dado cuenta de que la gente de mi clase sigue unida hasta cuando nos enfadamos; estoy re-descubriendo a mi prima y empezando a darme cuenta de que es más genial de lo que creía; voy afianzando aún más mi relación con Marta, cada vez me sorprende más lo comprensiva y empática que puedes llegar a ser; sigo conociendo a Miguel, sigue quitándome la respiración el verle, sigue pareciéndome alguien con quien quiero estar en cualquier momento y a quien puedo contarle cualquier cosa, quiero seguir haciendo el ridículo en sus partidas de rol por torrija, quiero que me siga mirando como me mira, quiero que siga teniendo la confianza de que me pueda decir cualquier cosa sabiendo que no me voy a enfadar, quiero...; he sido consciente de que, en la sombra, sigue estando gente que quiere entrar o afianzar su presencia en mi vida como Adri, Cimarra o Susana; hay quien se esfuerza por encontrar un hueco para encontrar una cena conmigo (Tere, ese día llegará, estoy seguro); aún hay personitas que ponen su granito de arena a mi felicidad con un mensaje como Alba o Patri; y hay quien me ha sorprendido más gratamente en este fin de semana: ella es Paula. Paula se conforma con tan poco que da gusto darle lo que sea porque ella lo recibe con más gratitud que cualquier niño pequeño, transmite una clase de paz con su sonrisa muy difícil de expresar, comienza a hacerse un espacio en mi vida a base de perseverancia y pequeños detalles que parece que pasan inadvertidos, aunque no sea así, voy descubriendo cada día a una Paula más humana, más bondadosa, más amiga. Estoy descubriendo una "super"Paula (jeje).
No sé. Este fin de semana lo había organizado para que fuese completamente distinto y todo se ha ido a la mierda como un castillo de arena cercano a la orilla. Pero, al final, he sido muy feliz y he tenido unas sorpresas maravillosas. Lo único que podría fastidiar estos días ha sido el hecho del desastre de la tetería pero, como sé que se va a arreglar y todo quedará en un malentendido porque Eva y Carlos son, también, geniales, pues no me preocupa.
Me empieza a resultar extraño que la etapa de felicidad dure tanto tiempo. Algo tiene que pasar, pero, hasta que pase, disfrutaré.

12 noviembre 2009

RAQUEL


Raquel es una muchacha que, según los que la rodean, nunca llegará a ningún sitio. Ella no tiene unas miras muy altas, no tiene un proyecto de futuro, no planea nada lejano. Ella busca lo que ha llamado sus "paraísos instantáneos". Raquel se conforma con tomar un batido con un buen amigo, rebozarse en la hierba de algún parque, hacer muecas a algún bebé en el metro, pasar una noche de sexo desenfrenado, encontrar la perspectiva de una buena fotografía, gritar en lo alto de una montaña, meter la mano entre la ropa mojada de la lavadora, ver una película que la haga llorar, imaginarse mil mundos irrealizables,...
Vivir.
Ella se fija en las pequeñas cosas. Crea su propio universo en el que ningún día es igual a otro porque siempre hay un detalle que la saca una sonrisa. Ella tiene la teoría de que, quien no es feliz, es porque no es consciente de la cantidad de pequeños regalos que tiene a lo largo del día. Sólo hace falta parar un poco, relajarse y ver el maravilloso mundo que nos rodea. Pero, para eso, hace falta parar. Aunque sea un poquito. Y no todo el mundo está dispuesto a ello.

11 noviembre 2009

MIS MUNDOS

“Cuando era niña ya garabateaba; y mi pasatiempo favorito durante las horas de recreo era “escribir cuentos”. Sin embargo, un placer más querido era construir castillos en el aire – el placer de soñar despierta-, seguir una línea de pensamiento, cuyo tema adoptaba la forma de una sucesión imaginaria de incidentes. Mis sueños eran al mismo tiempo más fantásticos y gratos que mis escritos. En estos últimos fui simplemente una imitadora, siguiendo el camino que otros habían trazado en vez de utilizar mis propias ideas. Lo que escribía estaba destinado por lo menos a un lector -mi compañero de infancia y amigo-, pero mis sueños eran sólo míos; no permitía que nadie entrara en ellos; eran mi refugio en el hastío y el placer más querido en la alegría”
Es un fragmento de Mary W. Shelley, escritora de Frankenstein, que incluyó en el prólogo de esta obra.
Y ese “construir castillos en el aire”, crear mundos fantásticos que sólo tú conozcas, también es mi pasatiempo favorito, aunque nunca lo había calificado como tal.
Siempre ando inmerso en mi propio mundo, pensando mil cosas, sobre lo que tengo que hacer, lo que debo hacer, la gente que está, la que no, el trabajo de más allá,…Y es cierto que cuando me saturo me voy a mi propio mundo, que tiene incluso un nombre (que, si desvelase, perdería gran parte de su encanto), y me dejo llevar por cualquier línea de pensamientos, sin decidirlo previamente. Así, acabo creando nuevos personajes, nuevas situaciones, nuevos escondites recónditos, nuevas relaciones entre ellos, nuevos dioses,…Voy modificando mi propio mundo poco a poco, sin prisa, porque sé que siempre estará ahí. Quizá llegue un momento en que lo olvide y sea un apartado más en mi cabeza. Pero, de momento, me gusta seguir creando, inventando, imaginando. Sea posible o no. Sea lógico o no. Sea alegre o no.
Cada día es un mundo. Y yo lo voy cambiando según me place. Lástima que en el mundo real, quieras o no, tengas siempre algo, aunque sea mínimo, que te ata y ya impide esa libertad creadora que me puedo permitir allí.

10 noviembre 2009

ROMA


Dejando aparte que Roma es una ciudad espectacular, necesitaba salir de Madrid. Por dos razones que van unidas: desconectar y aclararme las ideas en esta nueva etapa de mi vida.
He conseguido desconectar; he estado en las muchas Romas que, fusionadas, hacen de ella una ciudad muy especial.
He recorrido la Roma Antigua visitando el Coliseo, el Foro, el Circo Máximo,…
He podido observar la Roma Cristiana en El Vaticano, con la Capilla Sixtina, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros, Santa María La Mayor, otras pequeñas y grandes iglesias,…
He estado inmerso en la Roma Moderna visitando el Quirinale, la Piazza Navona, la del Popolo, la de Spagna, la de Trevi, con su famosa fuente,…
He disfrutado con una Roma Natural en la Villa Borghese.
Me he asombrado con la Roma Artística al ver esculturas como La Piedad, El rapto de Proserpina, El Moisés, La Metamorfosis (o Apolo y Dafne),…
He visto muchas Romas, me he perdido por sus pequeñas callejuelas bajo unas lluvias torrenciales.
Pero, además de eso, he conseguido medio-re-organizar mi actual y un poco caótica vida.
He llegado, principalmente, a una conclusión: me preocupo demasiado.
Intento abarcar más de lo que realmente debería. Creo que estoy demasiado obcecado en que hay mucha gente a mi alrededor que merece la pena. Pero eso, en vez de agobiarme, debería hacerme pensar en lo afortunado que soy de poder decir que mi vida está plagada de personas maravillosas.
Así que he decidido dejar de preocuparme tanto; procurar hacer lo que me apetezca sin las presiones del “debería…”
Simplemente, voy a hacer unos planes que quiera hacer realmente, voy a ver a quien yo quiera ver, voy a arriesgarme a que siga saliendo más gente de mi vida.
Quizá luego me arrepienta, pero creo que es la mejor decisión que puedo tomar a día de hoy.
Si alguien quiere quedar conmigo, ¡que se esfuerce un poquito y que me llame! Incluso, ahora que tengo el coti-sociabily-tuenti, ya no hace falta ni que me llamen. Con que me mande un mensaje, me enteraré, ¿no es maravilloso lo fácil que es mantener un mínimo contacto? Y con mínimo, me refiero a una vez al año, que no hace daño.
No sé. Quisiera intentar que los agobios o las preocupaciones que tenga sean por la carrera y no por la maravillosa suerte de tener personas que me quieren. Es un poco estúpido agobiarse porque la gente crea que merece la pena gastar su tiempo en verte, ¿no?

04 noviembre 2009

QUIERO

Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten.
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy... cuentas conmigo sin condiciones.
Porque cada minuto que paso contigo estoy más convencido de que no estamos equivocados.
Porque cada minuto que estoy sin ti soy más consciente de lo maravilloso que eres.
Porque te quiero... sin condiciones.

TENGO QUE VER A...

Tengo ganas de poder dedicarle más tiempo a ciertas personas. Sigo teniendo el mismo agobio de siempre; el agobiode "no tengo tiempo". La primera y gran afectada es Eva, a la cual llevo dándole largas para ir a la teteria desde hace casi un mes. Este puente me voy a Roma y eso implica menos tiempo para quedar. Tengo muchas ganas de ir a Roma, tiene que ser alucinante; pero también tengo ganas de volver para intentar reestructurar mi tiempo. Quiero ver a Eva; pero también a Carlos y a Marta (cosa fácilmente solucionable si, cuando vuelva de Roma, reservamos un día para ir a la tetería). También quiero ver a Aitor, a Cris, a Vane (que también les podría juntar en la tetería o en cualquier otro sitio) Quiero ver a Miguel, pero porque siempre quiero verle y nunca me parece suficiente. Quiero ver a...
Podría seguir pero no siempre debería ser yo quien tiene que tirar de la gente para verla. Al igual que reconozco que tengo ganas de ver a ciertas personas, también reconozco que estoy un poco harto de ser siempre yo el que tenga que decir: "Venga. Vamos a quedar".
Quizá debería calmarme y no preocuparme tanto por el "tengo que ver a..." y dejar que sea la gente la que me llame y me diga "vamos a vernos".
Ya veré como fluye todo. Al fin y al cabo, pienso que todo fluye, que todo está relacionado y que el tiempo pone a cada uno en su lugar o que le da a cada persona lo que se merece. Esperemos que me merezca tener, por lo menos, a una sola persona que se preocupe por mí.

03 noviembre 2009

MIEDO AL AMOR


Hay ocasiones en las que creo que el amor no existe; otras pienso que todo se basa en el amor. Tengo miedo al amor. Es algo que siempre me ha aterrorizado. Porque si amas a una persona, siempre te expones al dolor, a ser herido. Y cuanto más amas, más probabilidades hay de que la caída sea más fuerte.
Creo que nunca perderé completamente el miedo al amor por una sencilla razón: creo que la gente va a seguir desapareciendo, por regla natural. Es lógico que cuantas más personas aparezcan en tu vida, menos tiempo tienes para dedicarles y alguna debe quedar en el camino. De hecho, he perdido a quien menos se lo merecía. Y, para colmo, no la he perdido, más bien la he echado a patadas. Y no se lo merece. Pero, ¡qué le vamos a hacer! Aunque intente evitarlo, aunque en ocasiones intente esconderlo, aunque no suela hacerlo conscientemente, soy un capullo. Y hago daño a la gente. Las permito entrar en mi vida para luego echarles a patadas porque han llegado muy lejos. Pero sólo es por miedo a que eso ocurra. Y el miedo me hace que sea yo quien lo provoque.
Tengo miedo por Miguel, porque sé que ha sufrido y no quiero ser yo quien le haga sufrir más, no quiero ser un capullo con él, como seguramente, otros lo habrán sido antes que yo. Tengo miedo de ser un capullo sin darme cuenta. Comprendo todos sus miedos, son lógicos. Y más con una persona como yo, que no se esfuerza por la gente; que deja que entre, para luego abandonarla y que se pierda en el laberinto de mi corazón y que, incluso a veces, la busca en el laberinto para echarla a la fuerza y quede maltrecha, a la espera de que otro corazón se abra.
Tengo miedo por Aitor, porque no quiero ser distante con él, no quiero llegar a la conclusión de que sé que va a estar ahí, entonces ¿para qué cuidarle? Quiero seguir esforzándome por ganarme su cariño, por no llegar a ser un perfecto desconocido para él, por estar presente en su vida y que sepa que puede contar conmigo.
Tengo miedo por Marta, porque cuesta mucho sacar un rato en el que los dos podamos coincidir, incluso los fines de semana. Y en realidad no se puede dejar de contar con la gente por el hecho accidental de que no podamos verla. Pero uno se acostumbra a recurrir a quien más cerca está, olvidándose de quien más se lo merece.
Tengo miedo por mi prima, porque no sé lo que la pasa, porque espero que tenga alguien con quien desahogarse, con quien compartir sus penas y sus preocupaciones (que supongo que sí la tiene pero siempre hay cosas que no se pueden contar a ciertas personas).
Tengo miedo por la gente que voy conociendo en la universidad, Alba, Luz, Dani, Patri, Paula, Bea, Álvaro,… porque veo que se están ilusionando demasiado con alguien que no merece tanto la pena, porque soy alguien más del montón, que quizá llame más la atención, pero que no es para nada mejor que el resto de la gente. Porque ahora son el juguete nuevo, y que voy a seguir viendo durante mucho tiempo, lo cual es una garantía, pero no quiero que se conviertan en los juguetes que dejo en un segundo plano porque ya conozco todos sus trucos. Y soy perfectamente consciente de que no todo el mundo puede estar en mi primer plano.
Tengo miedo por Cris y por Vane, porque han depositado mucha confianza en mí, porque se preocupan mucho por mí, y quizá yo no lo haga tanto por ellas. Y no quiero que la balanza llegue al límite en el que las cosas se caigan de los platillos y todo se vaya a la mierda.
Tengo miedo por Tere, Cris, Dani, Yoli…, personas a las que veo muy de vez en cuando pero que sé que bastaría con llamarlas y decirles que si tienen un hueco, para que se dejaran el culo por verme. Sobre todo Tere y Cris, que este fin de semana me han demostrado que no soy alguien más de su grupo, sino que me consideran su “amigo”.
Tengo miedo por Eva y por Carlos, la pareja en la que más veo lo que se puede parecer al amor; porque no me esfuerzo por sacar un rato para verlos, porque me escudo en el “estoy ocupado” y el “no tengo tiempo” para seguir posponiendo un momento que, aunque me apetezca, siempre considero que hay otras cosas que hacer antes.
Tengo miedo por Merche, porque sé que la estoy perdiendo, porque sé que no estoy lo suficientemente pendiente, pero no tengo el valor suficiente para decirle que lo siento, que no merezco la pena, que mejor busque alguien que pueda dedicarle todo el tiempo que su enorme corazón se merece.
Tengo miedo por Adri, Susana, Patri, Ángel, Nacho, que confían mucho en mí, me regalan unas cariocas con forma de rana, que me recuerdan de vez en cuando, y que, en cambio a mí, me cuesta encontrar un hueco en mi agenda para compartirlo con ellos. Y me siento egoísta por “utilizarles” así.
Y yo sé que todos estos miedos vienen por un antiguo miedo. Un miedo ya ilógico porque se cumplió.
Tenía miedo de perder a Helen. Y la he perdido. Y la he dejado que se vaya. Mejor, la he obligado a que se vaya. Y he vuelto a hacer otra herida en su ya bastante malherido corazón. Enorme, pero malherido. Y no la guardo ningún rencor porque sé que ella, sin mí, podrá ser más feliz. Porque yo la avisé. Como aviso a todo el mundo; pero os emperráis en decidir que yo soy una buena persona, en que puedo aportaros algo a vuestra vida. Y, en realidad, todo eso es mentira.
Cada vez soy más y más consciente de que no merezco la pena. Y cada vez tengo más y más miedo de hacerlo otra vez. Por eso no tengo nada que reprochar a nadie. Ni a Helen, que ya sé que se ha ido para no volver (aunque me duela y sepa que me seguirá doliendo). Ni a Miguel, porque sus dudas tienen fundamento. Ni a quien considero mis amigos, porque no se dan cuenta de con quien están tratando.
Quizá sea demasiado melodramático o un poco extremista, pero prefiero poner sobre aviso a quien quiero para que luego no se asusten con el resultado de nuestra amistad.
Y, cada caída, me dolerá más que la anterior. Y, por eso, no me puedo permitir perder a Miguel (mejor dicho, echarle). Porque sé que de esa no me levantaría. Por lo menos, ahora, con Helen tan reciente. Y sé que no me levantaría porque me está costando muchísimo levantarme de esta última caída. Porque sin Aitor, sin Marta y sin Miguel, no habría conseguido levantarme y seguiría comiendo polvo.
Por eso tengo miedo. Porque no quiero echar a nadie más. Porque no quiero hacerle daño a la gente. Porque quiero seguir mereciéndome ese mote que me pusieron ya hace tiempo de “buscador de sonrisas”. Y porque quiero seguir encontrándolas.
Tengo miedo de haceros daño. Por eso os pido, que si creéis que voy a haceros daño, aunque no seáis muy cercanos a mí, si puedo haceros sufrir, por favor, dejadme.
Hacedme sufrir a mí por vuestra pérdida. Porque, siendo egoísta una vez más, será mucho más llevadero para mí y para vosotros que me hagáis daño a mí a que yo os lo haga a vosotros.
Tengo miedo. Mucho miedo. De lo que he escrito y de lo que me he guardado para mí. Pero, de verdad, que estoy aterrorizado de lo que soy. De lo que me estoy convirtiendo.
¿Terminará alguna vez este miedo de hacer daño a la gente que quiero?

29 octubre 2009

SOÑAR QUE DESPERTAMOS

Soñé que no nos conocíamos. Y nos despertamos para saber si nos amábamos.
Soñé que no nos conocíamos. Una pesadilla me abrumaba día tras día. La oscuridad me rodeaba, me ahogaba. Un sueño en el que los gritos y los golpes se sucedían, dejando señales que durarían de por vida. Que ni siquiera ahora han sido superadas. Un sueño con olor a lejía de limón y cerveza. Las sombras se entremezclaban. La cocina estaba siempre encendida. Y la puerta, cerrada. A veces, las paredes retumbaban o se oía como la puerta de la nevera o del microondas se cerraban provocando un ruido sordo. Tras ese, solía venir otro. Yo estaba en mi habitación, iluminado por un flexo, oyendo lo que salía de la cocina. En ocasiones, mi hermano lloraba. Supongo que para que le hicieran caso. Yo iba, le cogía en brazos y, mientras seguían los gritos, yo le cantaba. Intentaba consolar su pena. Las penas de los recién nacidos siempre parecen insufribles. Nadie llora con más fuerza que un recién nacido. A veces conseguía calmarlo; otras, venía mi madre, con su eterna cara de sueño y cansancio, y le cogía. Ella era quien olía a lejía de limón. Le mecía en sus brazos y le arrullaba. Poco a poco, mi hermano se iba calmando. Los recién nacidos también tienen ese don de reconocer a su madre sólo por la forma de mecerlo en sus brazos. Volvía a mi habitación y todo parecía volver a la calma. Me ponía a leer cualquier cosa; recuerdo que, entonces, me leía los libros de Harry Potter, cuando todavía nadie había oído hablar de él. Luego, él venía a mi puerta y la cerraba. Algunas noches se permitía un “hasta mañana” en un susurro, pero nunca metía la cabeza para mirarme; mucho menos entraba a darme el para mí desconocido beso de buenas noches. Cuando empezaba a tener sueño, me metía en la cama. Daba unas cuantas vueltas y me acomodaba. Pero nunca me dormía sin haber oído como se cerraba una última vez la puerta. Eso significaba que mi madre se había ido a trabajar de telefonista, aunque limpiase suelos durante el día. Después, intentaba descansar; ya con mi hermano en la cuna y mi madre yendo al trabajo. Y, tras ese, otro día tan solitario como el anterior.
Y nos despertamos para saber si nos amábamos. Aunque creo que es demasiado pronto para decir que nos amamos. Vamos por el mismo camino. Las sombras, tanto las tuyas como las mías, han desaparecido. Intentamos enterrar mi constante pesadilla; destruir la tuya. Juntos lo iremos consiguiendo. Ya debería haber dejado de ser el “padre” de mi hermano. Debería haber dejado de encerrarme en mi habitación, para no tener que enterarme de lo que pasa más allá de la puerta. Debería haber dejado de recordar ese olor. Deberían haber cicatrizado todas las heridas. En teoría, ¡tendría que haber hecho ya tantas cosas! Estoy seguro de que tú también lo pasaste mal. Pero es algo que tú debes superar. No dudes que tendrás mi ayuda. Y la de muchos más, seguro. Juntos podemos hacer grandes cosas. Y sentirlas. Nos despertamos para saber si nos amábamos. Nos costó despertar. Hubo un largo letargo. Jugueteábamos con las pequeñas lucecitas que se empeñaban en aparecer cada vez que intentábamos abrir los ojos. Por fin, nos hemos despertado. Hemos arrancado todas las telarañas, hemos ahuyentado toda sombra, han desaparecido todas las lucecitas. Tras todo eso, estabas tú. Estás tú. Y tú eres quien ahora me da fuerzas para continuar, para olvidar y construir un futuro que creía destrozado. Sin seguridad pero con confianza, conseguiremos avanzar en nuestro camino, ahora nuestro, hacia un lugar mejor. Ese lugar no me importa porque sé que voy contigo.
Y, aun con inseguridad, miedo, cautela y, racionalmente, demasiada rapidez; también hay confianza, cariño, intuición e, irracionalmente, muchas ganas.
Soñé que no nos conocíamos. Y nos despertamos para saber si nos amábamos.

27 octubre 2009

SOMEWHERE


Lost in the darkness, hoping for a sign,
Instead there is only silence,
Can’t you hear my screams?
Never stop hoping,
Need to know where you are,
But one thing is for sure,
You’re always in my heart.

I’ll find you somewhere
I’ll keep on trying until my dying day.
I just need to know whatever has happened
The truth will free my soul

Lost in the darkness, try to find your way home,
I want to embrace you,
And never let you go.
Almost hope you’re in heaven,
So no one can hurt your soul,
Living in agony,
Cause I just do not know,
Where you are.

Wherever you are, I won’t stop searching.
Whatever it takes, I need to know.

Más canciones. Porque toda canción que hable de amor, me recuerda a ti. De cómo comienza un amor. De lo que se siente. De dónde se encuentra. But (now) one thing is for sure, you’re always in my heart.
También son útiles porque no encuentro palabras. Para algo han de servir las palabras que otros han escrito antes. Por suerte, no soy el primero que utiliza el gran poder de las palabras. El problema está en que todo lo que pueda escribir puede resultar repetitivo e inútil ya que no sabría cómo expresarlo, no sabría cómo plasmarlo en un papel (o en un Word) Sólo sé que ahora eres el centro de mi vida, que mueves todo lo que me rodea, que eres la razón por la que quiero que pasen las horas, que me encantaría poder estar a tu lado todo el tiempo posible, que estoy redescubriendo un nuevo yo gracias a ti, que me estás haciendo replantearme muchas cosas en mi vida, que me emociono con tus “cosita”, que tengo tantas ganas de empezar esto, de que funcione, de que no sea uno más, sino ese “único”.
Que me estoy atropellando, precipitando, acelerando, ilusionando, inventando, planeando,…pero porque esto que siento, nunca lo había sentido hacia nadie. Y cuando digo nunca, es nunca (quien me conoce, sabe que las palabras “nunca” y “siempre” en mi boca son raras de escuchar). Que me haces volar. Me haces vivir.
Mi razón me obliga a escribir que son demasiados sentimientos en poco tiempo, que no sea tonto y vaya con más calma. Pero es que no quiero hacerlo. Empecé arriesgándome y ahora quiero apostarlo todo a la misma carta. Y eso es lo que estoy haciendo, afortunada o desgraciadamente, pero es lo que estoy haciendo y, de momento, tengo intención de seguir haciendo.