19 noviembre 2013

SUMANDO

Sumar "Start of something good" y "Angel".
Sumar un viernes y un sábado.
Sumar lo que me dices y lo que te digo.
Y aunque sea sólo con eso, ilusionado por seguir sumando...

21 agosto 2013

"QUIERO VIVIRLO" DE NUEVO

"¿Quién me lo iba a decir a mi?
Alguien que sabes que te quiere, que se preocupa por ti, que intenta que seas feliz.
Alguien a quien quieres, por quien te preocupas, que intentas que sea feliz.
Hace tiempo habría dicho que esto no sería posible. Mi firme convicción acerca del amor. Ahora pasada.
No sé lo que nos espera, ni que sentiremos, ni que haremos. Pero quiero vivirlo. Contigo.
Ahora mismo no puedo pedir nada más aparte de compartir mi vida contigo, estar a tu lado y abrazarte.
Sentirme pequeño en tus brazos, sentirme querido cuando me besas.
Sentir que el tiempo pasa y tú sigues ahí.
¿Seguirás? No lo sé. Y tal vez no me importe.
Pero ahora, hoy, sólo puedo sonreir cuando pienso en ti.
Y espero seguir sonriendo."

Hace más de un año que escribí esto.
Y ahora siento que he dado tanto por algo de lo que ha quedado tan poco.
Como dice Pablo Alborán, "me llaman loco por no ver lo poco que dicen que me das". Pero algo después, en la misma canción, también dice: "pero si yo pudiera darte el beso, sabrías cómo duele este amor. Y podré invertir el universo para quedarnos en la nada tú y yo".
Creo que sabes que habría dado lo que fuera por ti.
Pero, ahora mismo, siento que tú no habrías hecho lo mismo por mí.
Y me jode sentirme un estúpido "por no ver lo poco que dicen que me das" pero, para mí, es más que suficiente.
O era...

03 junio 2013

PAPIROFLEXIA DEL CORAZÓN

Y, sin esperarlo, las dobleces van saliendo solas.
Pequeños susurros de papel que se convierten en diferentes figuras tras varios pliegues. Las figuras se tornan y cambian de forma según muevas tus manos, y las suyas. Comienza siendo algo plano, sin una idea a la que llegar. Un proceso de maquetación interno sin un libro de instrucciones muy claro. La primera palabra. Lo que quiera que sea va tomando forma según se pliega. Doblez tras doblez. Siempre con unos preliminares, unos pliegues iniciales que dan forma a la futura figura. Doblar y desdoblar. Infinidad de posibilidades. Puede ser un barco, un avión o un corazón. El objetivo suele ser el último. Papel a la mitad, papel en cuartos. Cuartos llenos de anteriores figuras, unas bien terminadas y otras no tanto. Habitaciones blancas, habitáculos redoblados, salas de colores, espacios desplegados, pasillos llenos de arrugas, buhardillas acartonadas,...
Puede que te atasques y decidas ser precavido. Retroceder. Pensar que te has equivocado en alguno de los pasos y volver al inicio. Ir desdoblando poco a poco aquello por lo que luchabas, aquello que intentabas construir. Miedo, palabras equivocadas, dudas, una esquina que sobresale un poco más y hace daño al rozarse con ella. Encontrar un sinsentido. Aburrimiento. 
Y, ahora, el papel ya está arrugado. Cuesta un poco iniciar la siguiente figura. Asaltan otras dudas, otros miedos, otro sinsentido. Guías, instrucciones o consejos que intentan ilustrarte pero no llegan a convencerte. Tú buscas algo más. Corazón. Dudas entre guardarlo en el cajón y olvidarte de ello o probar a intentarlo una vez más, quizá de otra forma, quizá otras manos, quizá otro corazón, quizá en la cama.
Y vuelves a intentar... y vuelves a tropezar. En esta ocasión, el eje de simetría no queda perfectamente recto y, al final, una parte acaba dando más que la otra. Intentas reequilibrar pero es complicado cuando la línea ya se ha establecido. Aun así, decides seguir adelante y alcanzar ese corazón. Una doblez a la derecha. Le damos la vuelta al papel y un pliegue por el centro. Las instrucciones marcan que debes coger la esquina y llevarla al centro pero decides llevarla un poco más allá, por equivocación, por rebeldía, por poner a prueba, por no saber decir que no.
El trabajo no termina. Consigues el corazón, con marcas de otras dobleces, con una esquina más alta que la otra... ¿Y ahora qué? ¿Lo pintamos? ¿Lo pinto? ¿Quieres pintarlo conmigo? ¿Lo volvemos a desdoblar? ¿Te lo regalo? ¿Vas a tirarlo? ¿Lo ponemos en la estantería? ¿Se romperá? ¿Intentamos construir uno más bonito? ¿Se lo enseñamos a alguien?
Los susurros de papel se vuelven gritos. Y el corazón acelera el ritmo al verse colocado en tu estantería y palpita para que se note su presencia. No como la vez en la que surgieron lágrimas al verse tirado en la basura después de doblar y desdoblar, desdoblar, desdoblar, desdoblar... Se acaba rompiendo el papel. Y vuelve a palpitar cuando ves que alguien comienza a colorearlo. Verdes, azules, violetas, rojos, naranjas. Pero es una nueva persona, hay que dar forma al nuevo corazón. Quizá alisar bien el papel antes de volver a doblarlo, dejarlo reposar...
¿Quieres hacer un corazón con dos papeles? Podemos intentarlo...
Pero da miedo coger un nuevo papel y empezar a doblar.


30 enero 2013

MÓVILES

El móvil era una herramienta útil para favorecer la comunicación cuando la distancia se interponía.
A día de hoy, se ha convertido en una adicción, una dependencia, una exigencia a aquellos que no son adictos y una obligación para aquellos que no están a la última.
¿Que no tienes whatsapp? Pues no te enteras de lo que ocurre.
¿Que no me contestas? Pues me enfado contigo, como dirían los niños pequeños.
¿Que tienes el móvil en silencio y no te enteras? Pues siento que me ignoras, que pasas de mí, que no te importo,...
Y así nos va, que el doble check rige ahora nuestras vidas y que te quedas sin batería y tu mundo social se termina.