25 noviembre 2009

DÍA INTENSO


Hoy ha sido un día intenso. No ha habido prácticamente ni un solo momento en el que no haya hecho nada. Y nunca me cunde tanto como quisiera. Me organizo de una determinada manera y pienso las cosas que debo hacer. En cuanto surge un imprevisto; caos.
Hoy he descubierto que soy poco flexible. No debería agobiarme tanto por los trabajos (que tengo que entregarlos todos antes del 9 de diciembre y no son pocos), por los musicales (que son dos, y uno de ellos lo estrenamos el día 12), los exámenes (que, para mí y los de mi clase, empiezan el día 18). Y sé que hay gente de mi clase que no ha empezado a hacer nada (lo cual me sorprende). Y sé que no debería agobiarme tanto porque no me lleva a ningún sitio.
Intento transmitir tranquilidad porque sé que es útil a la hora de estructurarse pero, aunque consiga calmar en cierto grado a los demás, yo sigo con mi estrés. No quiero convertirme en alguien que va corriendo por la calle sin mirar la cara del que va a su lado. No quiero ser uno más del montón. Pero siento que, en estos días, quiero abarcar más de lo que puedo.
Vuelvo de nuevo a la mierda del “no tengo tiempo” y querer hacerlo todo.
Hoy tenía planeada la tarde al milímetro. Pues me he encontrado con que he debido aplazar la mitad de las cosas porque he tenido que hacer una rápida selección entre mis prioridades y decidir al respecto. He estado hasta las ocho aguantando a mi hermana, la cual lleva una semana un tanto insoportable porque, entre médicos, abogados y reuniones con profesores, no ha visto a sus padres. Hoy casi consigue que pierda la paciencia (no lo ha logrado, sigo estando orgulloso de mi gran control de la agresividad) pero he estado al límite. Entre tanto, gente que llama al teléfono y me bombardea a mensajes, tanto por móvil como por Internet, buscando un consejo o unas palabras de ánimo.
No me molesta ni estar con mi hermana, ni ayudar a quien me lo pide, pero, a día de hoy, estoy agobiado. Y siento que no me va a dar tiempo a hacer ni la mitad de lo que debería.
No sé. En realidad, es triste que me queje por cosas tan banales habiendo gente con problemas mucho mayores pero necesito un espacio para mí, un hueco en el que sólo mande yo. Y ese sitio, en muchas ocasiones de lunes a jueves, es el blog.
Que luego, a lo mejor, nadie lo lee. Pero eso es lo que menos me importa. Hay ocasiones que lo uso para agradecerle algo a alguien, para hacer disertaciones filosóficas, para dedicar canciones, para reflexionar sobre situaciones,…y para desahogarme.
Hoy toca desahogarse. Espero que no se convierta en costumbre y pueda escribir otras cosas en estos días que, intuyo, serán igual o más intensos que lo que ha sido el día de hoy.

1 comentario:

  1. todos necesitamos un respiro, y un mundo de narnia de vez en cuando.
    pero que todos lo necesitemos (en mayor o menor grado) no resta importancia a que Tú lo necesites,
    porque igual es cierto que hay personas con problemas mayores que los tuyos, pero eso no quita que tú tambien los tengas, y debas afrontarlos día a día, y que tu esfuerzo merezca por ello ser valorado.

    un besuco yang!mñn te veo :)

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