13 octubre 2009

BUSCANDO TIEMPO

No sé qué hacer.

Sigo jodido por la mierda del tiempo. Sigo sin saber como compaginarlo todo para hacer todo lo que quiero. Y he llegado a la conclusión de que, si no he conseguido compaginarlo hasta hoy, quizá es que no haya manera de hacerlo.

Pero, ¿qué debo abandonar? ¿Tal vez quién? ¿Qué precio estoy dispuesto a pagar?

Me planteo muchas opciones pero ninguna de ellas me gusta. Y tampoco puedo seguir como hasta ahora, agobiándome y queriendo hacerlo todo. Se me acabaron las fuerzas hace tiempo y ahora se nota. Ahora la gente se ha dado cuenta. Quizá demasiado tarde.

No necesito que la gente esté encima. Al contrario. Lo que quiero es que cada uno sea feliz con su vida, que no tengan problemas. Así, tendré un poco de espacio. Pienso que demasiadas personas me ven como alguien más o menos importante en su vida y yo no puedo darlas todo lo que me piden. O no siempre.

Hay a quien quiero dedicarle tiempo. Hay a quien quiero ver para compartir un café y charlar. Pero no quiero verles a todos.

El problema está en que no sé decir que no. Tampoco podría mandar a nadie a la mierda. Antes me voy yo. Y me estoy yendo. Me estoy derrumbando. Estoy cayendo poco a poco, silenciosamente, en una espiral de cansancio, falta de tiempo y muchos planes.

Y quiero cumplirlos todos. Y si consigo uno, ya hay otros dos que debo zanjar.

Y así, no acabaré nunca. Y nunca empezaré a vivir mi vida. ¿Qué debo hacer o, mejor, qué debo dejar de hacer?

No sé elegir. No sé decidir. Y nadie puede hacerlo por mí. Soy yo quien debe decidir cómo utilizar mi tiempo. Mi tiempo. Hace tiempo que busco algo de tiempo, paradójicamente.
¿Para qué seguir ayudando a la gente si luego me siento vacío? Busco algo que me llene. Y lo he encontrado. Pero sigo siendo ese niño pequeño que se ilusiona con un juguete nuevo y abandona los demás porque ya sabe cómo son, porque sabe que seguirán ahí.

No cuido a la gente. Hay quien lo sabe y, quien no lo sepa, ahora sí. Sabe dónde se mete. Es el momento de decidir si os merece la pena. Si es mejor para vosotros dejarme atrás, adelante. No seré yo quien os lo prohíba. Porque yo no soy capaz de decir adiós. Y si esperáis ese momento, nunca llegará. Porque siempre tengo una excusa para seguir aferrándome a alguien a quien, quizá, no quiera o no deba continuar aferrado.

Necesito tiempo para reflexionar, para estar conmigo, para reflexionarme, para autoconocerme, asustarme y autodestruirme, suicidarme e inmolarme.

Debo encontrar tiempo. Pero, mientras tanto, seguiré haciendo las mismas cosas. Seguiré con todo lo que llevo hasta ahora. Hasta que me agote definitivamente. Hasta que el cuerpo me obligue a parar.

Quizá entonces sea demasiado tarde para ponerme a pensar.

1 comentario:

  1. por lo menos ya vas pensando algo en ti, lo que supone un avance.

    Déjate de excusas; pasa tu tiempo pensando, y cuando lo tengas más claro, actúa

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