25 enero 2012

A MÍ TAMBIÉN ME HAN ENTRADO GANAS DE PONERME A LLORAR

" -Cuando vienen de visita mis familiares y comemos aquí juntos, todos dejan la mitad del plato. Como tú. Y cuando ven que yo lo como todo, ¿sabes qué me dicen? << Oh, Midori. ¡Qué suerte tienes de estar tan bien! Yo me siento tan conmovida que no puedo comer.>> ¡Pero quien cuida del enfermo soy yo! No es broma. Los demás se limitan a venir de vez en cuando y compadecerse. Y yo soy quien le quita la mierda, le saca las flemas y le enjuga el cuerpo. Si la compasión bastara para limpiar la mierda, yo me compadecería cincuenta veces más que cualquiera de ellos. Sin embargo, cuando termino la comida todos me miran reprochándome: <<¡Qué suerte tienes de estar tan bien!>>. QUIZÁ TODOS ME TOMAN POR UNA BURRA DE CARGA. Ya son mayorcitos, ¿no crees? ¿Por qué no entienden todavía de qué va el mundo? HABLAR ES MUY FÁCIL. LO IMPORTANTE ES LIMPIAR LA MIERDA O NO HACERLO. YO TAMBIÉN ME SIENTO HERIDA EN OCASIONES. Y TAMBIÉN ME QUEDO SIN FUERZAS. A MÍ TAMBIÉN ME HAN ENTRADO GANAS DE PONERME A LLORAR. Imagínate. Pese a no tener ninguna esperanza de curación, los médicos le abren la cabeza y se la remueven, una y otra vez, y siempre empeora y va perdiendo poco a poco facultades, y yo soy testigo de ello y no puedo ayudarle en nada. ¡Esto no hay quien lo soporte!"
[Extracto de Tokio Blues. Norwegian Wood de Haruki Murakami]

Los libros encierran dos cosas que me encantan: grandes enseñanzas para guardar en los bolsillos y sonrisas de complicidad al leer algo con lo que te sientes identificado.
Ambas cosas hacen que siga queriendo devorar los libros que se me ponen por delante.

1 comentario:

  1. "Kafka en la orilla" es la clave, créeme

    Sigue con Murakami, que es enorme :)

    Un besito!

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