El dondiego de noche se abre para recibir su fulgor. El mar le sirve de espejo y ella peina sus largos cabellos reflejándose en el agua. Los hombres se quedan mirándola mientras las mujeres friegan los platos pensando que también ellas son lunas. Las farolas brillan intentando quitarle el protagonismo. Los ancianos lloran al pensar que ésta será la última vez.
Hoy la luna llena brilla en la más impenetrable oscuridad.
Las lechuzas comparan sus ojos con el gran satélite. Los niños duermen sabiendo que ella velará por su protección. El viento sopla con fuerza para intentar rozarla. Los lobos aúllan pidiéndole ayuda, una ayuda que ella no puede proporcionarles. El sol continúa persiguiéndola en su eterno juego.
Y yo escribo iluminado por su resplandor.
Y pienso que los sueños olvidados, ella los guarda.
Que los corazones rotos, ella los cura.
Que las sonrisas perdidas, ella las encuentra.
Que las heridas abiertas, ella las cierra.
Que las preguntas no contestadas, ella las responde.
Que los miedos no confesados, ella los entiende.
Que ella me acompaña siempre y que en la noche estoy y estaré eternamente seguro, recostado en su pecho.
Precioso, sencillamente
ResponderEliminarno sé qué encierra la luna, q nos parece el ser más magico
ResponderEliminar...veo que ha hechizado también tu escritura
L)ya :)