Es un fragmento de Mary W. Shelley, escritora de Frankenstein, que incluyó en el prólogo de esta obra.
Y ese “construir castillos en el aire”, crear mundos fantásticos que sólo tú conozcas, también es mi pasatiempo favorito, aunque nunca lo había calificado como tal.
Siempre ando inmerso en mi propio mundo, pensando mil cosas, sobre lo que tengo que hacer, lo que debo hacer, la gente que está, la que no, el trabajo de más allá,…Y es cierto que cuando me saturo me voy a mi propio mundo, que tiene incluso un nombre (que, si desvelase, perdería gran parte de su encanto), y me dejo llevar por cualquier línea de pensamientos, sin decidirlo previamente. Así, acabo creando nuevos personajes, nuevas situaciones, nuevos escondites recónditos, nuevas relaciones entre ellos, nuevos dioses,…Voy modificando mi propio mundo poco a poco, sin prisa, porque sé que siempre estará ahí. Quizá llegue un momento en que lo olvide y sea un apartado más en mi cabeza. Pero, de momento, me gusta seguir creando, inventando, imaginando. Sea posible o no. Sea lógico o no. Sea alegre o no.
Cada día es un mundo. Y yo lo voy cambiando según me place. Lástima que en el mundo real, quieras o no, tengas siempre algo, aunque sea mínimo, que te ata y ya impide esa libertad creadora que me puedo permitir allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario