30 septiembre 2009

GENTE QUE NO ENTIENDE

Nuevas decepciones. Y una gran alegría que recompensa las decepciones.

Están las personas que te piden tiempo, y las que te lo exigen, aunque no sea directamente, pero te lo exigen.

Y yo no puedo. Porque a mi no me apetece estar con quien me carga con más piedras de las que ya tengo. Y no es sólo una persona. Si fuese una, podría con ello.

Sólo con algunas personas me siento cómodo y suelen coincidir con aquellas que no me exigen tiempo. O, por lo menos, que no me hacen sentir así. Hay personas que mandan mensajes para decirme que me quieren, para preguntarme cómo me va o para decirme que se va a dar un paseo y cuando vuelva me llama. De otras no recibo ningún mensaje. Soy yo el que siempre tiene que dar el primer paso. Y luego están las que mandan mensajes exclusivamente para quedar, o para que les llame porque no tienen saldo, o porque quieren algo de mí en ese momento que se les he pasado por la mente. No sé porqué no miran un poco más allá e intentan sólo formar parte del puzzle de mi vida. Mi prioridad es siempre aquel que me necesite y que me lo diga. “Oye, me gustaría hablar contigo cuando puedas, si quieres o puedes” Mensaje de Patricia del 29 de septiembre a las 22:28. Claro que puedo hablar contigo. Porque quiero ayudarte. Aunque luego no me aporte nada. Aunque luego me des una patada en el culo. Aunque luego… ¿Qué me importará el luego? Yo sé que ella ahora está en mi vida, que le pasa algo y que me ha pedido hablar conmigo ¿Puedo negárselo? No. Porque me gusta ayudar a la gente, aunque casi ninguna persona de mi alrededor consiga comprender porqué soy así. Soy así y no pienso cambiarlo. Y me caeré cien mil veces y llegará un momento en el que no podré levantarme. Pero no me importa. Porque quiero seguir ayudando a la gente como pueda. Porque me gusta ser esa persona que llega para ayudar a pasar un momento duro para luego desaparecer y dejar un buen recuerdo. Porque soy un buen “ayudante” aunque no un buen amigo. ¿Por qué las personas no lo entienden? ¿Por qué? Y si no lo entienden, ¿por qué están constantemente diciéndote que lo cambies? Repito, por desgracia, no es sólo una persona la que me exige. Son muchas paredes las que me aprietan para irse cuando ya se han cansado y cuando se dan cuenta de que ya les he dado lo que necesitaban, de que ya no les aporto nada más. Pero yo no se lo reprocho. No me importa. Porque sé que ésa es mi función en la vida. Y me repatea que alguien se meta con eso. Que me diga que no tengo razón. Que el mundo no merece la pena. Estoy convencido de que merece la pena y mucho. Y quien no se dé cuenta, que abra los ojos. O que los mantenga cerrados, pero que también cierre la boca.

Por eso te aprecio tanto Aitor. Porque siento que tú eres uno de los pocos que me comprende. O que si no me comprende, por lo menos, intenta entenderme. O sólo se esfuerza. Pero eso ya es mucho para mí. No se para sólo a juzgarme, primero intenta acceder a mi interior. Y luego me aconseja, me habla, me dice, pero nunca me hace sentirme obligado a seguir sus consejos. Por eso te quiero. Porque no siento que me aprietes, que me ahogues, que me ahorques. Aunque te dedique más o menos tiempo que a los demás, tú tienes un lugar prioritario en mi corazón.

Gracias por haber aparecido en mi vida. Gracias por ser mi gran alegría.

PD. Las cosas fáciles y felices están ahí. Sólo hay que saber verlas. Verás cómo todo va a mejor. No te preocupes. ¡Ánimo!

1 comentario:

  1. Siempre tienes un detalle, siempre estás ahí, además siempre eres tú, no te dejas influenciar ni por nada ni por nadie y el conjunto de eso más tu forma de ser hace un pack especial que no sé como decirlo, aprecio, adoro, quiero, necesito, alabo, es algo tan grande que no se puede explicar con palabras...

    Creo que el tiempo es un factor influyente pero no excluyente, a mí, ya sabes, que estos pequeños detalles (sean o no públicos, sabes que no soy muy de hacerlos públicos, ya me conoces...) son los que dan color a mi vida y los que me demuestran que tengo a personas que realmente importan en mi vida y que espero y deseo que nunca desaparezcan, de hecho voy a luchar para que me juzguen por no juzgarte, que no me comprendan por comprenderte y de quererte más aunque no me quieran.

    Las cosas empiezan a describir un camino hacia rayos de felicidad, pero aún no puedo confiarme, prefiero no cegarme... parece que empiezo a encontrar mi sitio, que empiezo a disfrutar, que la metamorfosis que intentan hacerme no puede conmigo, sino que lucho para mostrar mi forma de ser, y todo esto es gracias a personas como tú, que están cerca, muy cerca, lo necesite o no, además me quieren por como soy, me aceptan, me dejan ser yo.
    El agradecido soy yo porque Dios haya puesto a personas como tú en mi vida, porque nuestros caminos se hayan cruzado y porque nunca se alejen, se dirigan a dónde se dirigan.

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