Siempre me seguirá sorprendiendo como una única persona puede conseguir que un teatro entero se ponga en pie y aplauda. Un minuto parece poco tiempo pero conseguir que te aplaudan un minuto entero no es tarea fácil. Ella lo consigue y sobrepasa con creces el minuto.
Natalia Millán hoy ha conseguido sorprenderme más de lo que había conseguido hasta ahora. Es una gran actriz pero en "Cinco horas con Mario", roza la perfección; consigue que te metas en los años 50 y en el pensamiento de una mujer de la época, con sus contradicciones, con sus principios,... con todo lo que eso conlleva.
Cada palabra con el tono adecuado, cada gesto perfectamente pensado, cada fallo idealmente disimulado.
Hay pocas actrices españolas que puedan realizar una obra de tal calibre con tanta intensidad. Y, sin duda, una de esas pocas es ella.
Gracias por reanimar la llama del teatro y la espina clavada de haberlo aparcado.
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