Un fin de semana para ver quién merece la pena y por quién prefiero dejar de luchar.
Unos cuantos días para decidir que, si quieres recibir, primero tienes que darte a los demás.
Una conversación de a tres para descubrir que ser diferente no tiene porqué necesariamente ser malo.
Una amiga para saber que, si alguien te quiere, te quiere con todas sus consecuencias, con todas tus virtudes y todos tus defectos.
Un lugar que te hace reflexionar y del que vuelves con ganas de comerte el mundo.
Unas cuantas reflexiones para darme cuenta de que soy afortunado de tener la vida que tengo y de que me rodee la gente que me rodea.
Y los demás, pues ellos sabrán.
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