- ¿Estás ahí? - escuché-. ¡Es la hora!
- Ya voy- contesté automáticamente.
- Ya es tarde. Debes abrir la puerta.
Estaba harto.
Pensé en agarrar y destrozarlo por completo.
Con un poco de suerte podría, de un solo golpe, terminar con el incesante martirio.
Sería maravilloso. No más controles. No más urgencias. ¡No más cárcel!
Tarde o temprano todos se enterarían de lo que hice.
Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme.
Y después, quizá otro.
Y otro.
Y muchos otros ganarían coraje.
Una reacción en cadena que permitiría terminar para siempre con la opresión.
Deshacernos definitivamente de ellos. Deshacernos por completo y en cualquier sentido de ellos, en todas sus formas.
Pronto me di cuenta de que mi sueño es imposible.
Nuestra esclavitud parece ser, a la par, nuestra única posibilidad para establecer nuestra vida.
Nosotros hemos creado a nuestros carceleros y, ahora, sin ellos, no existiríamos, la sociedad no existiría.
Es necesario que lo admita...¡ya no sabríamos vivir sin el tiempo!
el tiempo, ¿no es algo que te asuste?
ResponderEliminar¿no te sientes completamente indefeso ante él,que puede actuar sobre ti sin poder evitarlo?
y a la vez..no deja de maravillarme como a veces pasa de forma suave entre dos personas, que se conocen de ayer, o de toda la vida, y viven su presente en la misma armonia que el pasado, sabiendose juntas en el futuro.
love ya!