En la esquina de mi habitación en la que más horas paso al día, iluminado por un foco de luz indirecta y el propio brillo de la pantalla, pulso teclas intentando plasmar sentimientos. Feelings. Sentimientos que sólo a algunas personas le importaran. Personas que me han escogido entre el bullicio para buscar algo dentro de mí o, de forma egoísta, dentro de ellos. Mala elección. Llevo tiempo escondido bajo mil máscaras y ahora que quiero, cuesta quitárselas. Cuesta romper el castillo de mentiras en el que me metí hace tiempo y ahora trato de escapar. It hurts. Ahora, desgraciadamente, es mecánico. Me convertí en crisálida para que nadie pudiera hacerme daño. Pero no me di cuenta de que, aparte de evitar el dolor, negaba la entrada a la gente que podría querer, que podría estar en mi vida si le dejase conocerme un poco. Isolation. Llegué a la situación de no poder querer a nadie, ni siquiera a mí mismo. Me he engañado siempre a mí mismo. Pero nunca me creía. Ahora no recuerdo que se sentía cuando te das a alguien por completo, sin buscar nada. Intento romper las cadenas pero duele, cansa y no es fácil. Requiere tiempo. Aun así, creo que ha llegado el momento de salir afuera y arriesgarse a sentir. Sentir lo que sea: dolor, amor, melancolía, tristeza. Ahora, por lo menos, hay alguien que me ayudara en esta etapa de mi vida. O, por lo menos, quiero pensar eso. Ella también quiere pensar lo mismo. ¿Lo conseguiré?¿Lo conseguiremos?
No lo dudes ni por un momento. Pero recuerda, que para mí también es jodidamente difícil.
ResponderEliminarLa semana ke viene concretamos asturias, concretamos teq uieres y seremos, dde una vez, sinceros el uno con el otro.
Quiero contarte cosas que no me atrevo, vivir contigo cosas que nosé si quieres. Pero, me voy a arriesgar.
Porque eres la parte que me faltaba. No dudes de mí, aunque este comentario sea el sustituto de un beso por la distancia.