De acuerdo. Ahora veamos de dónde viene esto.
Hay personas que son deficientes. Una deficiencia sería un problema físico que nos impide realizar la vida con normalidad. Por ejemplo, ceguera, sordera, ser manco, cojo,...
Una vez ha quedado esto claro, de ahí surge la discapacidad, es decir, estar menos capacitado, tener una capacidad menor que el resto de personas y que, por tanto, provoca que la vida sea más complicada. Así, la discapacidad sería no poder ver, no poder oír, no poder andar como el resto de la gente...
Vale. Deficiencia provoca discapacidad.
Centrémonos ahora en la minusvalía. ¿Por qué les llamamos minusválidos? Un minusválido lo es porque la sociedad le obliga a serlo. Las personas no nace minusválidas, nacen deficientes y posiblemente discapacitadas.
Si los ciegos tienen un mundo adaptado, no tienen porqué ser minusválidos: objetos con braille, semáforos con sonidos, pavimento con diferentes texturas,...
Si los sordos tienen una lengua de signos, un muñequito que parpadea y les indica que tienen que cruzar rápido, un intérprete que les traduzca lo que se dice en la tele, tampoco son minusválidos.
Si fundamos nuevos trabajos que ayuden a las personas que van en silla de ruedas, a la multitud de personas que tienen las llamadas "enfermedades raras", a las personas con Síndrome de Down, de Williams, de Evans, de Duane, de Kocher,... En resumen, a la gente que necesita ayuda para desenvolverse con naturalidad en su día a día, no los llamaríamos minusválidos.
Personalmente, me parece denigrante la palabra "minusválido" para referirnos a aquellos que son igual de válidos que nosotros. Con sus dificultades pero que, con ayuda, podrían ser paliadas y con la que podrían ser más felices.
Es utópico pensar que los discapacitados dejen de ser minusválidos. Pero, poco a poco, podemos mejorar su calidad de vida e intentar que sean más felices.
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