Por desgracia o por fortuna, soy una persona directa y, para más inri, en la mayoría de las ocasiones, también sincera.
Sí que es cierto que considero necesario decir lo que pienso. Me cuesta mentir. Y, si lo intento, se me nota. Se ve que estoy incómodo si una situación no me gusta o si una persona con la que estoy no me inspira confianza.
Si me lo propongo, puedo enmascararlo, pero reconozco que no me gusta hacerlo y que me cuesta bastante que sea realista. Eso me hace sentir aún más incómodo. Nunca comprenderé por qué la gente hace cosas que no le apetecen y formula planes que no quiere realizar.
Pero, aparte de que sea directo o sincero, también reconozco que hay formas y formas de decir las cosas y que, en ese ámbito, me falta algo de tacto en la mayoría de las ocasiones.
En un ambiente serio, cuando se trata un problema, soy capaz de ser empático, de posicionarme en el lugar de otro y valorar las diferentes alternativas para, finalmente, ofrecer la que, a mi parecer, es la mejor opción.
Pero en un ambiente distendido, en el que puedo reírme y meterme con las personas que aprecio (el dicho de que "la confianza da asco" es completamente cierto en mi caso), puedo hacer daño sin proponérmelo y puedo herir los sentimientos de las personas que, precisamente, son las que más aprecio. Me resulta complicado diferenciar los comentarios que pueden herir los sentimientos de los demás y aquellos que simplemente pueden arrancar una sonrisa.
El hecho de que yo quiera que me digan la verdad, sea ésta como sea y dicha en el tono o ambiente en el que sea dicha, no significa que otras personas quieran conocer "mi" verdad.
Sin proponérmelo, puedo hacer que alguien se sienta dolido, aunque para nada sea ésa mi intención.
No quiero haceros daño. Decidme que pare si es necesario.
Sí, sé que, en ocasiones, me paso.
Sí, sabéis que me gusta meterme con vosotros.
Sí, sé que suelo hacerlo.
Pero sí, sé que hay veces que os molesta.
Si (esta vez condicional) llega la ocasión y os molesta algo que os digo, quiero saberlo. No quiero haceros daño. No quiero que os duela lo que digo.
Si me tengo que callar y dejar de meterme con vosotros para controlar la posibilidad de haceros daño, lo haré. Pero no me dejeis con la duda de si os dolió aquello que os dije.
Tus formas, son las formas que iba buscando, no las cambies. Déjate comprender, pero no cambies.
ResponderEliminarAquí estoy y estaré. ;)