En ocasiones, pecamos de escuchar demasiado a los demás, de pedir consejo, de decir "Y tú, ¿qué harías en mi situación?".
Quizá pequemos de escucharnos muy poco a nosotros mismos. A veces, al hablar en voz alta y oír lo que decimos, nos damos cuenta de quienes somos, de lo que pensamos, de lo que recomendamos.
En situaciones de duda, de dolor, de miedo, de impotencia... buscamos el apoyo en los demás pero, tal vez, no sea eso lo más necesario.
Tal vez deberíamos buscar nuestro propio apoyo y atrevernos a seguir nuestros propios pensamientos. Aunque estemos equivocados, aunque nadie lo haya hecho antes, aunque todo el mundo te advierta de que te vas a equivocar; quizá quién mejor sabe cómo debes actuar eres tú mismo.
Y tal vez esté pluralizando cuando es algo que sólo pienso yo.
¿Quién sabe?
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